No se ha añadido ninguna twiki todavía.

(del griego μῦθος, mythos: expresión, mensaje, algo que se narra)

Narraciones extraordinarias de hechos extraordinarios, generalmente referentes a los orígenes, lo que, en la mentalidad primitiva, también significa justificación. En los mitos se recrean, a través de fábulas o ficciones alegóricas, los hechos primordiales que, supuestamente, dan explicación y fundamento tanto a las normas sociales como a las creencias, costumbres, etc. mediante la exposición de la genealogía de dichas normas y funciones, o del origen o génesis del mundo y del hombre. Generalmente van asociados a la actividad de seres sobrenaturales o de poderes excepcionales, y permiten la justificación de valores, instituciones y creencias, que las sociedades construyen mediante representaciones simbólicas que generalmente expresan las características propias de la sociedad que los engendra. En este sentido, los mitos reproducen de forma ideológica las bases de la misma sociedad que los engendra.

En cuanto narración de lo acontecido en los tiempos primordiales, en el mundo griego clásico desde Hesíodo y Homero, el mito es definido como un hieros logos o narración de lo sagrado. Pueden distinguirse diversas clases de mitos: mitos de la creación del mundo o cosmológicos, mitos de renovación, mitos de héroes y de salvadores, mitos acerca del origen de un pueblo en los que éste se interpreta a sí mismo simbólicamente, mitos escatológicos, mitos de las edades, etc. Pero a pesar de la gran variedad de mitos primitivos, es destacable la gran uniformidad de los temas fundamentales que abordan: los referentes a la cuestión de qué es el hombre y cuál es su origen, del por qué de la vida, de la muerte y del origen del mundo y de la sociedad.

En los mitos, tanto los fenómenos de la naturaleza como los de la sociedad adquieren un determinado sentido, ofrecen modelos ejemplares y generan valores. A su vez, en cuanto que dan explicación de los fenómenos sociales, de las instituciones, y de las diversas actitudes que deben tomarse ante la vida, actúan como cohesionadores sociales. Los personajes de los mitos no pertenecen al mundo cotidiano (al tiempo o al espacio profanos), sino al mundo de lo sagrado. Generalmente, se asocian a ritos de rememoración de los acontecimientos míticos, de importancia fundamental para las sociedades arcaicas. De hecho, mientras el hombre moderno se concibe a sí mismo como el fruto o resultado de la historia, el hombre de las sociedades arcaicas se concibe a sí mismo como el resultado de los acontecimientos míticos ocurridos en los tiempos primordiales y, por ello, se ve obligado a reactualizar ritualmente los hechos míticos o, por lo menos, a rememorarlos.

En el s. XIX, se estudió mucho el origen y evolución de los mitos aunque, en general, a excepción de Schelling -que los consideraba auténticas manifestaciones culturales de los pueblos-, se concebían como meras fábulas, invenciones o ficciones, y su estudio se centraba especialmente en la perspectiva meramente filológica (Fr. M. Müller). En general, se pensaba que la aparición del pensamiento racional era el paso del mito al logos, fruto de la superación del mero pensamiento mítico y, aún cuando esto puede seguir sosteniéndose como un hecho histórico, no aclara la verdadera naturaleza del pensamiento mítico. De hecho, ya desde la antigua Grecia, se tendió a minusvalorar los mitos. El primero en atacarlos por su antropomorfismo fue Jenófanes. Para Platón, que es el primero que utiliza el término mythologia, significan simplemente un «hablar o contar historias». Aristóteles, en cambio, les da un cierto valor al considerarlos, como la filosofía, fruto de la admiración ante lo desconocido, pero los contrapone al verdadero logos (ver texto ). A veces, usa también el término mythos para referirse a la trama de una comedia. Evhemero, en el siglo III d.C., afirmaba que los dioses y héroes del panteón homérico eran antiguos reyes divinizados y mitificados. Con ello intentó dar una primera interpretación racional al origen de los mitos, de manera que al ser racionalizados como fruto de la invención humana, y basados en antiguos reyes, quizá inexistentes, permitió su supervivencia dentro del cristianismo.

Pero en el siglo XX, especialmente a partir de los estudios de los etnólogos, la investigación se ha dirigido más hacia el estudio de la función de los mitos dentro de la sociedad, y se ha tendido más a concebirlos tal como los entendían las sociedades arcaicas, es decir, como historias sagradas, ejemplares y verdaderas para sus creyentes; como una tradición sagrada que es, a la vez, una revelación ejemplar y un modelo ejemplar que confiere significación a la existencia y otorgan modelos para la conducta humana (ver texto ).

Pero no existe una única interpretación teórica de los mitos sino que, lejos de ello, se han propuesto numerosas teorías. Entre los antropólogos, los que más destacaron en el estudio de los mitos fueron Frazer, Boas (que los relacionó con los cuentos populares), Radcliffe-Brown, que destacó el aspecto funcional de los mitos en la estructura social, Ruth Benedict, que los relacionó con los ritos y las religiones, B. Malinowski, que propuso una definición clásica de mito (ver texto ). La corriente funcionalista los ha considerado básicamente como elementos que forman parte de un sistema social dentro del cual ejerce su propia función, y pasan a ser comprendidos en el marco más amplio de una sociedad. Para Malinowski, los mitos manifiestan el carácter estatutario de las instituciones y conductas sociales, y actúan como una justificación de las costumbres y creencias sociales.

C. Lévi-Strauss

G. Dumézil, Lévi-Strauss y la corriente estructuralista destacan en el mito una doble referencia: a la sociedad y al lenguaje. El conjunto de mitos de una sociedad es, en este sentido, una conducta verbal institucionalizada: nos llevan a acontecimientos pasados («antes de la creación del mundo», o «hace mucho tiempo»), pero «forman parte de una estructura permanente, que se refiere simultáneamente al pasado, al presente y al futuro». Los mitos se transmiten básicamente por tradición oral y sin espíritu crítico. En cuanto recuerdan y hacen presente un hecho acaecido en tiempos inmemoriales, sobre todo en aquellos que narran relatos sagrados, recurren al culto donde, a través del rito, el recuerdo se vuelve eficaz y activo y el acaecimiento pasado se renueva y repite. Para Lévi-Strauss las sociedades arcaicas, lejos de carecer de una estructura lógica, tienen sistemas de enorme complejidad, de entre los que destacan los mitos. Éstos siempre están relacionados con determinados problemas y crean situaciones artificiales elaboradas inconscientemente (fruto de la misma estructura del esprit humano, semejante en toda época y sociedad), para mediar ante los problemas. Los mitos tienen, pues, un origen psicológico y son engendrados para solucionar problemas. Son fruto de la tendencia de la mente a polarizar la experiencia describiéndola en series de opuestos, en una especie de clasificación binaria, y aparecen como intentos de conciliación de los opuestos. En su evolución los mitos cambian aspectos superficiales, pero su estructura permanece. Una de las polaridades más características descritas por Lévi-Strauss es la que enfrenta a la naturaleza con la cultura, que se manifiesta a través de los mitos relativos a lo crudo y lo cocido (ver estructuralismo).

Por otra parte, la corriente llamada simbolismo ha visto en los mitos una expresión peculiar humana distinta del pensamiento conceptual. En esta perspectiva destacan los estudios que les dedicó Ernst Cassirer, quien consideraba los mitos como una forma simbólica esencial, junto con el lenguaje y la ciencia. Para Cassirer, los mitos, que están en la base de la religión y del arte, permiten al hombre conducirse mediante representaciones simbólicas que no están dadas, sino constituidas por la conciencia, y son las primeras formas de ordenación del mundo. «Expresan la totalidad del ser natural en el lenguaje del ser humano y social, y la totalidad del ser humano y social en el lenguaje del ser natural». A partir del mito surge la religión que distingue entre el yo y el no-yo, y entre lo sensible y lo espiritual.

En un sentido parecido surgieron también teorías psicológicas que consideraban los mitos como producto de la psique humana. Freud, por ejemplo, los relacionaba con los símbolos y con el sueño. De entre las teorías psicológicas de los mitos destaca también la elaborada por Jung, que los relacionaba con su teoría de los arquetipos.

Mircea Eliade

Según Mircea Eliade -que es quien más ha insistido en el carácter sagrado de los mitos y para quien todos ellos son siempre relatos de creación que se remontan a un tiempo primordial (in illo tempore)-, en los mitos, como en la concepción misma de lo sagrado y lo profano, se manifiestan los rasgos específicos de lo humano. Desde su perspectiva espiritualista, Eliade afirma que los mitos permiten al hombre una «ruptura de nivel» que le sustraen al «terror de la historia». Sostiene, además, que siguen existiendo muchos componentes míticos tanto en la literatura como en la misma tradición filosófica (pone como ejemplo las concepciones del Joaquín de Fiore y las teoría de las edades que debe culminar en un tercer período o edad del Espíritu, que influyó en autores tan dispares como Lessing, Hegel, o Comte y la teoría de los tres estadios, que según Eliade son manifestaciones racionalizadas de los mitos escatológicos; o el marxismo, que sería -según él- una versión de los mitos de los orígenes).

No obstante, algunos historiadores de la filosofía, como G.S.Kirk, por ejemplo, manifiestan que no puede haber una teoría universalista de los mitos y menos todavía de el mito. Lo que debe preguntarse, según él, no es «¿qué es el mito?» sino «¿qué es un mito?» (Ver también la posición defendida por Paul Ricoeur: ver texto ).


Bibliografía sobre el concepto

  • Harrauer, C., Hunger, H., Diccionario de mitología griega y romana. Herder, Barcelona, 2008.
  • Blumenberg, H., El mito y el concepto de realidad. Herder, Barcelona, 2004.
  • Herbig, J., La evolución del conocimiento. Del pensamiento mítico al pensamiento racional. Herder, Barcelona, 1997.
  • Lovelock, J.E., Las edades de Gaia. Tusquets, Barcelona, 1993.
  • Eliade, M., Mito y realidad. Guadarrama, Madrid, 1978.
  • Panikkar, R., Mito, Fe y Hermenéutica. Herder, Barcelona, 2009.
  • Duch, Ll., Mito, interpretación y cultura. Herder, Barcelona, 1998.
  • Jünger, G., Mitos griegos. Herder, Barcelona, 2006.
  • Rahner, H., Mitos griegos en interpretación cristiana. Herder, Barcelona, 2003.

Relaciones geográficas

Cargando el mapa…