Filósofo francés, iniciador del positivismo francés e introductor del término «sociología». Nace en Montpellier, de familia católica de funcionarios de clase media, y a los catorce años renuncia a su fe. Estudia medicina en la facultad de Montpellier y, de 1814 a 1816, en la moderna y elitista Escuela Politécnica de París, donde recibe una enseñanza de elevado nivel científico y de donde es expulsado por sus ideas republicanas. Conoce por esta época a los ideólogos franceses y a los ilustrados, a través de Condorcet, y lee a los empiristas ingleses; de 1817 a 1823, es secretario de Saint-Simon y durante esta época escribe obras de política y Planes de trabajos científicos necesarios para la reorganización de la sociedad; este ideal de reforma le había llevado ya a colaborar con Saint-Simon y se hará más evidente en obras posteriores. Después de romper esta relación personal y dedicarse por un tiempo a enseñar matemáticas, a partir de 1826 dicta cursos de su propia filosofía en un círculo privado de personas selectas, entre las que se cuentan Humboldt, Carnot, Fourier, cursos que se verán interrumpidos por su mala salud mental y que reemprende en 1829. En 1833 es nombrado «repetidor» y luego examinador de matemáticas en la Escuela Politécnica, cargo que conserva hasta el año 1852 en que lo pierde, también por sus ideas antimonárquicas, y pasa a vivir de las ayudas de sus amigos. De 1830-1842 aparecen los seis volúmenes de Curso de filosofía positiva, obra nacida del curso privado y donde aparece ya su idea fundamental de una organización científica de la sociedad. En 1844 se enamora perdidamente de Clotilde de Vaux, que muere, no obstante, dos años más tarde, con lo que inicia, a partir de 1846 una segunda fase, teñida de emotividad, que se añade a la anterior filosófico-científica -y que, según algunos autores, la niega-, en la que se interesa por la idea de una religión positiva de la humanidad y una reforma moral de la sociedad, ideas que desarrolla en sus obras Discurso sobre el conjunto del positivismo (1848), Sistema de política positiva que instituye la religión de la humanidad (1851-54), Catecismo positivista (1852) y Síntesis subjetiva (1856).
Las obras fundamentales de Comte son el Curso de filosofía positiva, que se desarrolla en 60 lecciones y los cuatro volúmenes de Sistema de política positiva. Estas dos obras contienen la sustancia de lo que se ha denominado positivismo y que Comte llama también «filosofía positiva» o «espíritu positivo» y hasta «sociología». Las dos primeras lecciones del Curso desarrollan dos de sus ideas básicas: la ley de los tres estados y la clasificación racional de las ciencias. Escrita esta obra con finalidad de reforma social (orden y progreso), parte del supuesto de que la sociedad y la humanidad misma han de pasar por la misma evolución que cada una de las ciencias y, en definitiva, el mismo entendimiento humano. Toda ciencia (habla de astronomía, física, química y biología), igual que todo individuo y aun la especie humana, pasa por tres estados (ver texto): el estado teológico o ficticio, cuando el hombre explica las cosas recurriendo a principios y fuerzas sobrenaturales y de carácter personal; el metafísico o abstracto, cuando el hombre sustituye lo sobrenatural por lo abstracto, y recurre a fuerzas y causas a modo de entidades ocultas que explican la naturaleza; y el científico o positivo, cuando el hombre, renunciando a un saber absoluto, se conforma con conocer las meras relaciones entre fenómenos, esto es, las leyes. Que existen estos tres estados lo prueba tanto la historia de la humanidad y de las ciencias, como la exigencia de síntesis y comprensión del espíritu humano. Y así como el estado positivo es la meta del desarrollo de la historia y de las ciencias, de igual modo la comprensión de las cosas mediante leyes (sustitutivas de las causas de las divinidades) es la meta final de la mente humana. Para llegar a este estado positivo de la mente es necesaria una reorganización del conjunto de las ciencias, o una clasificación del saber humano, con miras a una síntesis final positiva: la síntesis la otorga la sociología , o «física social», que no sólo es la última de las ciencias y, por lo mismo su culminación (según el orden de matemáticas, astronomía, física, química, biología y física social), sino también la auténtica interpretación y la madurez de las ciencias, su filosofía positiva,la ciencia de las ciencias. Más adelante, en Discurso sobre el conjunto del positivismo y en Sistema de política positiva, subordinará la ciencia a la moral, la inteligencia a la simpatía o amor.
La clasificación jerarquizada de las ciencias y la instauración de la sociología como ciencia definitiva supone la llegada del estado positivo; con ella puede haber en la sociedad orden, al que ya tendía el primer estado, y progreso, al que tendía el segundo («El orden como principio, el progreso como fin»). La síntesis de orden y progreso, o la conciliación entre las dos épocas anteriores, se dibuja, en las últimas obras de Comte, como una subordinación de la política a la moral y a una regeneración total, que considera como la religión de la humanidad: ésta es más real que el mismo individuo, es el «Gran Ser», esto es, Dios, que ha de ser venerado con una religión y una moral positivas. El principio universal de esta moral positiva es el amor que une a toda la humanidad: «vivir para el prójimo es la felicidad suprema»; en esta sociedad no hay más que deberes para con todos, ningún derecho; sus dogmas son la filosofía positiva y las leyes científicas; en su calendario incluye santos como Joseph de Maistre, Adam Smith, Dante, Shakespeare, Federico II el Grande, etc., mientras que los filósofos -los sociólogos- son los nuevos sacerdotes de la religión positiva; la trinidad la constituyen el Gran Ser, la Tierra, que es el gran fetiche, y el espacio, el gran medio. En esta época en que él mismo se considera el papa o el gran sacerdote de la humanidad, Comte ha de vivir de las ayudas económicas de sus amigos. La primera difusión de su obra y de sus ideas se debe a Émile Littré (1801-1881).
Bibliografía
Del autor
- Comte, Auguste, Catecismo positivista. Editora Nacional, Madrid, 1982.
- Comte, Auguste, Curso de filosofía. Aguilar, Buenos Aires, 1973.
- Comte, Auguste, Discurso sobre el espíritu positivo. Alianza, Madrid, 1980.
- Comte, Auguste, Física social. Aguilar, Madrid, 1981.
- Comte, Auguste, Oeuvres complètes. Anthropos, París.
- Comte, Auguste, Primeros ensayos. FCE, Mexico, 1947.
Relaciones geográficas