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Nacimiento:ca. 284 a.C.en SoliMuerte:ca. 208 a.C.en Atenas

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Filósofo griego estoico nacido en Soli o Soles, Cilicia, aunque desarrolló su actividad en Atenas, ciudad en la que vivió a partir de los catorce años, y en la que murió alrededor de los años 208 - 204 a.C. Inicialmente, frecuentó los círculos platónicos de la época de la Academia Nueva, e incluso publicó algunos escritos platonizantes, pero abandonó esta orientación por discrepar con la teoría del conocimiento defendida por los platónicos. Entonces, siguió a Cleantes e ingresó en la Stoa o Pórtico (nombre que recibía la escuela estoica fundada por Zenón de Citio), orientación rival de la representada por la Academia. A la muerte de Cleantes (segundo escolarca de la Stoa), Crisipo le sucedió en la dirección de la escuela (c. 230/231 a.C.). Centró su actividad intelectual en desarrollar las tesis iniciadas por Zenón de Citio y se basó también en algunos desarrollos de la lógica megárica.

Precisamente en el terreno de la lógica y de la teoría del significado es donde la obra de Crisipo fue más decisiva, pero también desarrolló las tesis de la física y la ética, hasta el punto que se considera a Crisipo como el segundo fundador del estoicismo, y es el autor a quien esta escuela debe más su gran influencia posterior.

En lógica y epistemología desarrolló la teoría de las representaciones catalépticas (φαντασία χαταληπτιχή), la teoría del lektón (λεχτόν), la distinción entre significante (τσημαίνοντα) y significado (τσημαινόμενα) y combatió las tesis de Diodoro Cronos que querían reducir lo posible a lo real. Para Crisipo, todo hecho es necesario, ya que está sometido al destino (Εἱμαρμένη) y a la providencia (Πρόνοια), pero debe distinguirse entre necesidad absoluta, dependiente de la physis (φύσις), y necesidad relativa, dependiente de la voluntad humana. Crisipo defiende, en el seno de la concepción determinista de la física estoica, la existencia de una posibilidad de elección libre que permite al sabio seguir por su voluntad lo que ya está previamente marcado por el destino. Esta elección de seguir una vida «conforme a la naturaleza» (ver texto) es, no obstante, deliberada, (manteniendo una posición que, en cierta forma, reencontramos en Spinoza), y es la propia del ideal del sabio (ver texto). Por otra parte, Crisipo también afrontó el problema de explicar la existencia del mal y conciliarlo con la existencia de una divinidad bondadosa. Según él, la divinidad lo dispone todo para conseguir el máximo bien, pero el mal es necesario ya que, en todo par de contrarios (como bien-mal), la ausencia de uno comportaría la aniquilación del otro. Así, los bienes no pueden existir sin los males y, en cierta forma, defiende un optimismo que hace pensar en el defendido por la teodicea de Leibniz). Por otra parte, el mal moral procede de la voluntad humana que se quiere desviar de las disposiciones divinas. En cuanto que procede solamente de la voluntad (las acciones no son buenas o malas, sólo lo es la intencionalidad), el mal propiamente no es una entidad positiva, sino solamente una carencia o privación imputable a la voluntad humana.

En el artículo dedicado al estoicismo están más desarrollados los aspectos generales de esta doctrina que Crisipo contribuyó decisivamente a fundar con sus más de setecientas publicaciones, la mayoría de ellas de lógica, física y ética. De estas obras, solamente nos quedan algunos títulos y unos pocos fragmentos.

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