(del griego κατηγορία, categoría, acusación) En un sentido no específico, las categorías son grandes conceptos, géneros o clases con los que estructuramos la realidad; la clasificación de las cosas según géneros, clases o categorías supone igualmente la partición de la realidad en diversos niveles, o maneras de ser, que se excluyen mutuamente. Por ello, todos los sistemas categoriales advierten de la inconveniencia de transgredir las categorías, o de hablar de la misma manera de cosas o realidades que pertenecen a distintas categorías (error categorial). Una cuestión fundamental de todo sistema filosófico de categorías es si deben entenderse en un sentido realista o bien meramente en un sentido epistemológico.
Los dos sistemas categoriales fundamentales son el aristotélico y el kantiano. El término lo introduce Aristóteles, para quien las categorías son los géneros últimos o supremos del ser y del predicar, o hablar sobre el ser. Con ellas clasifica Aristóteles las cosas según el «decirse de» (lógico) y el «estar en» (ontológico) un sujeto. Enumera diez: sustancia, cantidad, cualidad, relación, donde, cuando, situación, posesión, acción y pasión (ver texto ). Estas diez palabras constituyen, según Aristóteles, los diez grandes géneros del ser, que luego la tradición llamó universales y también predicamentos, porque Aristóteles las define como «tipos o clases de predicados».
No parece que la enumeración de las categorías sea exhaustiva (lo creyeron los medievales), e incluso es variable en lo tocante a las categorías accidentales, pero sí enseña decididamente Aristóteles que todo lo que existe o es sustancia (la primera categoría) o es accidente (las otras nueve categorías) y que todos los términos categoremáticos de un enunciado son referibles a la sustancia o a los accidentes.
La doctrina aristotélica de las categorías está íntimamente relacionada con la doctrina acerca del ser, del cual afirma que «se dice de muchas maneras», de modo que el verbo «ser» recibe un sentido distinto para cada categoría: en «Sócrates es hombre» «ser hombre» se afirma sustancialmente (predicación sustancial) de Sócrates, y esto le atañe sustancialmente, mientras que en «Sócrates está en el ágora», se afirma algo accidental de Sócrates (predicación accidental), de modo que «estar en el ágora» es algo accidental y podría no sucederle a Sócrates sin dejar de ser Sócrates. Porfirio, discípulo de Plotino, escribió un comentario al librode las Categorías de Aristóteles, conocido con el nombre de Isagogé (Introducción); en él se preguntaba si las categorías existían en la realidad o eran cosa sólo de la mente. Boecio (s. V), considerado el primero de los filósofos medievales, y «el último de los romanos», primer introductor, aunque parcial, de las obras de Aristóteles, al traducir la Isagogé, junto con las Categorías, dio su propia opinión, confusa pero tendente al realismo, sobre la pregunta de Porfirio, introduciendo así en el occidente medieval la cuestión tan ampliamente debatida de los universales.
Para Kant, en cuyo sistema filosófico las categorías tienen una importancia cardinal, son los conceptos puros del entendimiento, o las formas a priori necesarias para pensar la experiencia; las fundamentales son, a su entender, sustancia y causalidad (ver texto ). La diferencia fundamental entre las categorías aristotélicas y las kantianas consiste, en primer lugar, en que las primeras se refieren primariamente a la realidad y a las cosas mismas, mientras que las segundas se refieren sólo a los fenómenos o a las cosas tal como el hombre las percibe y, en segundo lugar, en que las aristotélicas dependen de la naturaleza de las cosas, mientras que, en Kant, es la naturaleza o la experiencia lo que dependen de las categorías.
En el idealismo absoluto de Hegel, de lejana fundamentación kantiana, son los diversos momentos dialécticos que atraviesa la Idea en su desarrollo evolutivo, constituido básicamente por tesis, antítesis y síntesis. El articulado de todas las categorías lo denomina Hegel «sistema de la realidad».
A medida que se ha ido abandonando la lógica aristotélica, basada en enunciados estructurados en sujeto y predicado, donde preferentemente ocupa el lugar de este último (predicamentos), según aquella ley aristotélica de que el universal es por excelencia predicado, el concepto de categoría ha ido vaciándose de su contenido clásico, para pasar a entenderse como «conceptos básicos» o como grupos de expresiones intercambiables -sintácticamente o semánticamente- en los lenguajes, tanto naturales como artificiales. Confundirse de categoría lleva a la falta de sentido y hasta a paradojas lógicas. La teoría ramificada de los tipos, de Russell, posibilita relacionar, en la época actual, el concepto de «categoría» con el de «tipo lógico»; los tipos son también maneras de clasificar o distribuir la cosas en estratos o niveles -individuos, clases de individuos, clases de clases, etc.- según una jerarquía que hay que respetar, si no se quiere construir frases sin sentido.