(del latín praedicatum, lo que se dice antes)
Literalmente, y en la lógica aristotélica, lo que se dice antes -en sentido lógico- que otro. El universal se dice antes (prae-, en latín) que el singular, para que éste pueda ser entendido: se afirma o niega del sujeto.
En:
«Todo S es P»
«Ningún S es P»
«Algún S es P» y
«Algún S no es P»,
S ejerce de sujeto y P de predicado. De cada sujeto, S, se afirma o predica una propiedad o atributo, P.
En lógica de predicados, donde también se llaman términos, las propiedades (también llamadas relatores) que se atribuyen a los individuos (también llamados designadores), y que se simbolizan mediante letras mayúsculas (P,Q,R,S...), pueden ser también relaciones; la atribución de una propiedad a un individuo constituye una oración (designadores y relatores forman enunciados). En « canta», el espacio «______» es el lugar del objeto a que se refiere el predicado «canta», mientras que el predicado «_______es más agradable que_____» tiene dos lugares en los que colocar objetos. Un predicado puede ser, por tanto, monádico, diádico, n-ádico, según el número de referentes.
Simbolizando a los individuos (designadores) mediante letras minúsculas (a,b,c,...) y las propiedades (relatores) mediante letras mayúsculas (P,Q,R,...), los siguientes enunciados
1. Carmen canta
2. Sofía aprende
3. Carmen es más agradable que Sofía,
pueden escribirse respectivamente:
1. Pa
2. Qb
3. Rab