Quine.gif

Nacimiento:1908en AkronMuerte:2000en Boston

No se ha añadido ninguna twiki todavía.

Lógico y filósofo norteamericano, nacido en 1908 en Akron, Ohio, EE.UU. Estudió matemáticas y filosofía en Oberlin y fue profesor en Harvard, universidad donde transcurre toda su carrera y donde conoce a Alfred North Whitehead y Herbert Feigl, miembro destacado del Círculo de Viena, quien le sugirió frecuentar los cursos de Rudolf Carnap en Praga y Viena. En Varsovia entra en contacto con los lógicos Lesniewski, Lukasiewicz y Tarski. Russell y Carnap son los filósofos que más han influido en sus ideas. Es considerado uno de los filósofos de mayor importancia en el ámbito anglosajón y uno de los principales en el ámbito de la filosofía analítica. Sus obras abarcan no sólo estudios fundamentales sobre lógica matemática y filosofía del lenguaje, sino también cuestiones centrales de epistemología y ontología. Murió en Boston, Massachusetts, el 25 de diciembre de 2000.

Sus ensayos más característicos son Acerca de lo que hay (1948) y Dos dogmas del empirismo (1951); este último supone su crítica más profunda al positivismo lógico. Uno de estos «dogmas» es la distinción entre verdades analíticas y verdades sintéticas, que critica por no haberse trazado nunca una neta distinción entre ellas y porque la analiticidad precisa de la sinonimia para ser definida y ésta de aquélla, con lo que nunca se supera una definición circular.

Quine3.gif

El segundo de los dogmas es el reductivismo, o la creencia positivista en que, para todo enunciado con sentido, hay una experiencia, lógicamente formulable que lo confirma. Ambos dogmas resultan ser dos falsos pilares sobre los que se sostiene el empirismo lógico. Este reduccionismo, además, remite al criterio empirista de significado, y éste supone que los enunciados pueden confirmarse o refutarse individualmente. Quine, en cambio, sostiene que sólo pueden someterse a confirmación o refutación conjuntos de creencias teóricas (tesis de Duhem-Quine), o una teoría considerada en su globalidad. Por ello, no hay enunciados inamovibles, ni tan sólo las tradicionales verdades analíticas; todo puede ser refutado por la experiencia, aunque no de un modo particular, cuando ésta impone un cambio total a nuestro sistema de creencias. Por lo mismo, tampoco son los enunciados singulares los portadores de significado, sino que éste se aplica sólo a la teoría general o a conjuntos de enunciados (holismo semántico). La única excepción a este principio es el enunciado observacional. Sólo esta clase de enunciados, junto con las teorías, tienen significado empírico: el que determina precisamente un conjunto de estímulos sensoriales -la estimulación no verbal-, que pueden considerarse constantes de individuo a individuo. Para todos los demás enunciados de una teoría -y de un lenguaje-, no hay significados unívocos ya dados, sino sólo aquellos que se les atribuye convencionalmente por las conductas de los hablantes. Una de las cuestiones importante que ha de resolver una teoría es el problema de la referencia del lenguaje que usa: toda teoría, transcrita en un lenguaje lógico, compromete a una ontología, u obliga a un compromiso ontológico. La ontología de una teoría consiste en decir a qué objetos se refiere o cuáles son los objetos que hay que reconocer en un marco extralingüístico. Quine se decide por un nominalismo mitigado. Aparte de los objetos físicos, en su teoría lógica sólo tienen referente los cuantificadores: la exigencia de referente puede eliminarse de los nombres y de los predicados, pero no de las variables ligadas. Ninguna variable ligada se emplea con sentido sin un ámbito de valor a que referirse. Por eso, «ser significa ser el valor de una variable ligada». La cuestión de preguntarse por lo que hay es en filosofía más necesaria y adecuada que en las ciencias empíricas: en todas se pasa de lo concreto y observacional a lo general y teórico; en todas hay un ascenso semántico hacia la teoría, que facilita la comprensión sobre aquello de que se está hablando mediante el ropaje lingüístico,pero, si siempre se habla del mundo -en definitiva, del fondo de estimulación no verbal-, a la filosofía le compete propiamente el análisis crítico de la creencia en la existencia de objetos físicos y de clases. En esto, y no en ningún método radicalmente distinto, estriba la diferencia entre filosofía y ciencia: no hay una demarcación drástica entre una y otra (ver cita y ver texto).

Quine.ogg

Bibliografía

Del autor

  • Quine, W.V.O., Desde un punto de vista lógico. Ariel, Barcelona, 1962.
  • Quine, Williard Van Orman, La relatividad ontológica y otros ensayos. Tecnos, Madrid, 1984.
  • Quine, Williard Van Orman, Palabra y objeto. Herder, Barcelona, 2001.
  • Quine, W.V.O., Palabra y objeto. Herder, Barcelona, 2001.
  • Quine, W., Palabra y objeto. Herder, Barcelona, 2001.

Relaciones geográficas

Cargando el mapa…