¿Qué es?
Filósofo, astrónomo y matemático italiano, que también cultivó la poesía. Sus tesis sobre la infinitud del universo y el panteísmo que de ello se derivaba chocaron con las doctrinas eclesiásticas. en su cosmos el Sol representaba ser una estrella más. Asimismo, sostenía que la magia era una vía de acceso para el conocimiento de motivos afectivos fundamentales para la acción de los seres vivientes. A causa de ello Bruno, fraile dominico, fue acusado por la Inquisición de hereje y quemado vivo en la actual Piazza dei Fiori de Roma en febrero de 1600. De su proceso se encargó Roberto Belarmino, quien posteriormente se responsabilizaría del de Galileo Galilei.
Equipo Encyclopaedia Herder
Filósofo italiano del Renacimiento. Nace en Nola, cerca de Nápoles, estudia en esta misma ciudad e ingresa a los diecisiete años en la orden de los dominicos, donde recibe el nombre de Giordano en lugar del de Filippo, el de nacimiento; ordenado sacerdote en 1572, al cabo de cuatro años es acusado de hereje y huye a Roma, abandonando la Orden. A partir de este momento, inicia una serie de viajes por diversas ciudades italianas y europeas, que se prolonga de 1579 a 1591, y representa su período de madurez y de producción de sus obras fundamentales. En Ginebra abraza el calvinismo, pero rechaza su rigorismo y abandona Suiza para dirigirse a Francia. En su primera estancia en París (1581-1583), publica varias obras sobre el arte de la memoria y la magia, entre las que destaca De umbris idearum [Las sombras de las ideas] (1582), donde se manifiesta ya como copernicano y, por lo demás, platónico en la línea de Ficino. En 1583 marcha a Inglaterra y vive en la embajada francesa en Londres, donde entre 1584 y 1585 publica en italiano sus obras más importantes, conocidas como «diálogos italianos»: La cena de le ceneri, De la causa, principio e uno, Del infinito, universo e mondi, Spaccio de la Bestia triunfante, Cabala de cavallo pegaseo con laggiunta del asino cillenico y De gli eroici furori. En la principal de estas obras, La cena de las cenizas (1584),aparece lo esencial de la cosmología bruniana. Regresa a París, en 1585, pero un ambiente de inestabilidad política y de enfrentamiento con los aristotélicos, le obliga a marchar a Alemania, donde es bien recibido en la universidad protestante de Wittenberg. Viaja a Praga, en busca de la protección de Rodolfo II de Habsburgo, que no consigue; vuelve a Alemania, y publica en Francfort sus grandes poemas latinos: De inmenso et innumerabilibus, De triplice minimo et mensura, De monade rerum et figura, además de una obra sobre el arte de la memoria: De imaginum, signorum et idearum compositione. En Francfort acepta la invitación, que le hace el noble veneciano, Giovanni Mocenigo, de trasladarse a Venecia. Vuelve a Italia y, tras instalarse en Venecia en 1591, es denunciado por el mismo Mocenigo a la Inquisición, como hereje; en 1593 se inicia en Roma su proceso y juicio, que acaba el 17 de febrero de 1600, cuando, condenado a la hoguera, muere en Campo dei Fiori como «hereje impenitente, contumaz y obstinado».
En el pensamiento de Bruno coinciden todas las grandes líneas del Renacimiento, aun las opuestas: el platonismo de Marsilio Ficino y Pico della Mirandola, el neoplatonismo plotiniano, el naturalismo, la tradición mágico-hermética, las ideas de infinito y de la concordantia oppositorum de Nicolás de Cusa, las tendencias aristotélicas y antiaristotélicas y los rasgos de reforma y antirreforma. Él es, ante todo, un reformador religioso heterodoxo que recurre a toda esta herencia para cambiar la visión del mundo, igual como Copérnico ha cambiado la posición central de la tierra, y conseguir así una reforma global religiosa, moral y política.
Sus primeras obras las dedica Bruno al estudio de la mnemotecnia, o arte de la memoria, que, relacionada en el Renacimiento con la magia y cultivada sobre todo por los neoplatónicos y los herméticos, permitía un dominio excepcional de la naturaleza. Según expone Bruno en Las sombras de las ideas, al memorizar en la mente imágenes mágicas (las sombras de las ideas) se la convierte en un poderoso reflejo de la naturaleza.
Los diálogos italianos que publica en su estancia inglesa representan su visión del universo, así como su visión reformadora. Contienen su profesión de fe copernicana y su elogio a Copérnico, un intento de justificación del copernicanismo mediante argumentos de carácter racional y físico, su idea de un universo infinito y de los infinitos mundos que coexisten en el universo.
El mundo es infinito, porque su causa -la «mente sobre las cosas»- es infinita y también es infinita la vida, porque nada perece. El mundo vive porque Dios está en todo el universo y en cada una de sus partes -«la mente en cada cosa». El universo es un animal dotado de alma y por eso mismo también se mueve y, en él, todos los cuerpos celestes y, con ellos, la tierra, que se mueve para «renovarse».
A las ideas meramente cosmológicas, añade las de renovación total. Crítico con la fe cristiana -rechaza la Biblia, niega que todos los hombres desciendan de Adán, niega el pecado original, por lo que carecen de sentido la encarnación y la redención-, cree que la renovación no puede proceder de las «tinieblas» del cristianismo, aferrado como está a una imagen aristotélica de un mundo finito y cerrado, que necesita de un cambio radical, sino de la «luz» de la antigua religión egipcia de Hermes Trismegistos, religión de la mente, en la que se da culto al Sol, símbolo del alma del mundo y, a la vez, centro del universo, así como de una nueva imagen del universo, infinito, uno y vivo, donde Dios está en todas las cosas.
Religión, filosofía y cosmología constituyen las tres facetas de una misma visión mágico-hermética del universo de Giordano Bruno.
Bibliografía
Del autor
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- Bruno, Giordano, De la causa, principio y uno. Losada, Buenos Aires, 1941.
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- Bruno, Giordano, Expulsión de la bestia triunfante. Alianza, Madrid, 1989.
- Bruno, Giordano, La cena de las cenizas. Alianza, Madrid, 1987.
- Bruno, Giordano, Las sombras de las ideas (De umbris Idearum). Siruela, Madrid, 2009, 1 ed.
- Bruno, Giordano, Los heroicos furores. Tecnos, Madrid, 1977.
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Sobre el autor
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Relaciones geográficas
Autores de la época