(del latín in se, que traduce el griego αὐτο, authó)
Lo que en principio es, o se considera, independientemente de lo demás y se opone a ser o estar, o a ser considerado, en otra cosa. Platón aplica esta denominación a las Ideas de lo Bello en-sí, lo Bueno en-sí, lo Igual en-sí, etc. (ver cita). Aristóteles la aplica a la sustancia, al «esto» (τόδε τί, tode tí) sujeto de propiedades y nunca propiedad de otro sujeto. La tradición ha interpretado a Aristóteles distinguiendo entre lo que es in se y lo que es in alio (ver cita). Cuando en sí se opone a para nosotros, se refiere a las cosas independientemente de la manera como se nos presentan a nuestra experiencia: las cosas tal como son (ver cita). En Hegel, es el ser -las cosas en general- antes de toda reflexión, o en su total inmediatez. Sartre utiliza «en sí» para describir el mero hecho de estar en el mundo, la simple existencia inerte y material, la facticidad. En Hegel y en Sartre, el «en sí» se opone al «para sí», o conciencia.
El «ser en-sí» es la simple posibilidad, la esencia de algo, el primer momento en que algo se nos presenta; Hegel lo considera un todo indiferenciado, la «indeterminación inmediata», que representa ser y no-ser, el ser y la nada. Un segundo momento es aquel en que lo posible se ha hecho real, existente; la existencia significa el devenir del ser y, a la par, la solución de la primera contradicción de ser y no-ser: lo posible se ha convertido en ser existente. Pero lo que una cosa es sólo lo es verdaderamente cuando es pensada como tal, «mediada»: cuando la realidad se convierte en idealidad, o cuando es pensada por una conciencia; entonces el «en sí» se convierte en un «para sí», donde realidad e idealidad son una misma cosa y la diferenciación se ha convertido en una nueva unidad mediada o conocida (ver texto ).
Para Sartre, en-soi y pour-soi son los conceptos básicos de El ser y la nada:se refieren al hombre como pura facticidad y como conciencia (ver cita).
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