El pluralismo es la doctrina metafísica que defiende la existencia de una pluralidad de sustancias distintas irreductibles entre sí y sin que ninguna de ellas sea más originaria que las otras. Se opone tanto al monismo como al dualismo, ya que mientras el primero sustenta que todos los seres proceden de una única substancia, el segundo afirma la existencia de sólo dos substancias distintas: materia y espíritu.
En la historia del pensamiento el término pluralistas se utiliza para designar varios movimientos filosóficos distintos. El primero de ellos es el representado por las doctrinas de algunos filósofos presocráticos, que sustentaron el pluralismo para hacer frente a los problemas que habían suscitado las posiciones monistas de Heráclito (todo es cambio) y de Parménides (el ser es inmóvil), de forma que para afirmar la evidencia del cambio tuvieron que hablar no de un único ser sino de diversos seres. Es el caso de la doctrina de los elementos de Empédocles (que afirma que todo lo existente es producto de la combinación de cuatro elementos y dos fuerzas), de la teoría de las homeomerías de Anaxágoras o del atomismo de Leucipo y Demócrito que afirman que todo cuanto existe es el fruto de la combinación de átomos que se mueven en el vacío, regidos por el azar y la necesidad. En conjunto, estos filósofos son denominados los pluralistas.
En la época moderna se ha calificado de pluralista la monadología de Leibniz ya que, aunque acepta la procedencia de todos los entes a partir de la creación divina, sustenta la autonomía de cada uno de éstos entes entendidos, cada uno de ellos, como mónadas. En la época contemporánea se han calificado de pluralistas las doctrinas de J.F. Herbart, de A.N. Whitehead y de William James que en lugar de pensar el universo como una única unidad, conciben un pluriverso de forma sinequista.