No se ha añadido ninguna twiki todavía.

(del latín forma, cuyo significado abarca desde aspecto, configuración, contorno o forma, hasta horma de zapatero y tipo ideal, y que normalmente es la traducción de los términos griegos μορφή, morphé, εἶδος, eidos y οὐσία, ousía)

En Platón, una de las maneras de nombrar a las ideas, elemento fundamental, por tanto, de una de las teorías más representativas del platonismo, como es la teoría de las formas platónicas o teoría de las ideas.

ARistóteles

En Aristóteles es, por un lado, el elemento metafísico correlativo de la materia, con la que constituye la sustancia de cada cosa, según la teoría del hilemorfismo: el elemento determinante, de los dos que entran en composición en una sustancia, lo que denomina forma sustancial, se une al elemento determinado, la materia, y el conjunto o compuesto de ambos es la sustancia total. Pero, por otro lado, forma es también una de las maneras de comprender el «porqué» de una cosa, o una de las cuatro causas, aquella precisamente «que expresa la esencia» (τὸ τί ἦν εἶναι,to ti en einai). En realidad, los dos conceptos aristotélicos se unifican en cuanto la forma es tanto el «porqué» de una cosa, o causa primera, como el «qué» o lo que la cosa es: el porqué de algo es su esencia. La forma separada de Platón, la idea, es, según Aristóteles la sustancia de una cosa. Es justamente el enfoque aristotélico, y no el platónico, el que ha dado vigencia y amplio uso a esta palabra a lo largo de la historia de las ideas. La Escolástica no sólo admitió la teoría hilemórfica, sino que hizo de la materia el principio que explica la individualidad de cada cosa y, de la forma, la naturaleza universal de las cosas; cada cosa encierra de algún modo un universal, que es su forma sustancial y las diversas formas accidentales, que constituyen las propiedades de las cosas. Conocer consiste, precisamente, en la captación intelectual de estas distintas formas. El nominalismo medieval fue la excepción en este planteamiento y, al afirmar que no existen de ningún modo universales en la realidad sino sólo individuos, propició el paso al cambio de perspectiva de la filosofía moderna. La sustancia de Descartes no tiene nada que ver con la forma aristotélica, ni existen para él aquellas «formas o cualidades de las que se discute en las escuelas»(Discurso del método, V).

La filosofía corpuscular, del s. XVII, en la que la forma deja de ser un componente metafísico de la sustancia para pasar a significar más adecuadamente el resultado de las características esenciales de los corpúsculos materiales dotados de movimiento, fundamentó la distinción entre cualidades primarias y secundarias, que conserva de alguna manera la antigua idea de forma accidental, pero que supone ya una interacción entre el objeto y el sujeto, entre la percepción y lo percibido. Kant introduce de nuevo el término forma, pero para darle un uso que él denomina trascendental: la multiplicidad de los datos sensibles (materia) se ordena y configura según condiciones a priori de la sensibilidad (forma), del mismo modo que la multiplicidad de lo percibido se configura y sintetiza mediante los conceptos, universales y necesarios, del entendimiento. En adelante, en el ámbito del pensamiento, forma es siempre aportación humana como condición previa a todo contenido.

En el ámbito de las artes plásticas, forma es aquella estructura constituida por elementos materiales susceptibles de relacionarse y configurarse en un todo, mediante el cual el artista expresa los sentimientos con los que suscita una experiencia estética. Es, pues, la manera artificiosa, libre e imaginativa, de estructurar el significado estético de una obra de arte. Normalmente se opone la forma estética, no a los materiales, sino al contenido figurativo, entendiendo por tal el tema concreto, cuando lo haya, que el autor usa como vehículo de sus sentimientos. Hay teorías estéticas que defienden el punto de vista de que sólo la forma es vehículo expresivo y significativo, de la misma manera que sólo hay experiencia estética cuando el observador capta la forma de una obra artística, y no sólo sus elementos materiales (ver texto ).

La psicología llama forma a la percepción de los datos sensibles como un conjunto integrado, para el cual vale el principio holístico de que «el todo es más que la mera suma de las partes», y que la mente configura según leyes determinadas, la primera de las cuales es la organización de lo percibido en «fondo» y «figura».

Desde un punto de vista teológico, Dios, en el que no hay diferenciación entre forma y materia, puede considerarse como forma pura. Así, el espíritu puede llamarse forma formarum por analogía al puro espíritu de Dios, puesto que de alguna manera el espíritu creado abarca a todo el ser. En teología sacramentaria se entiende por forma la palabra que informa la materia constituyéndola signo sacramental.