Término escolástico que designa un principio intrínseco y determinante de la existencia de alguna sustancia, que hace que ésta sea tal como es en su especificidad. Es decir, se concibe como un principio constitutivo de la sustancia que la determina en su especie, diferenciándola de cualquier otra. De esta manera aparece también como causa formal que, a su vez, también puede ser subsistente (en la Escolástica se concebía así a los ángeles, que son formas privadas de cuerpo)o informante (que puede ser inanimada o animada, y en este caso se identificaba con el alma). Se distingue de la forma accidental porque ésta da una determinación suplementaria a una sustancia ya constituída (por ejemplo, de manera accidental un hombre puede ser escritor o músico, pero sólo porque ya previamente es hombre).
Esta noción procede de la interpretación que hicieron los filósofos escolásticos del hilemorfismo de Aristóteles, basado en la noción de forma como esencia necesaria de las cosas que tienen materia.