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Plotino

Los términos griegos que se traducen por emanación (προεῖναι, ἀπορρεῖν) significan, literalmente, un «desbordamiento» y designan una forma de causación en la cual lo causado procede necesariamente de la causa, con la que se establece una continuidad o gradación, aunque el efecto es inferior a la causa (de-gradación). Esta noción, que ocupa un lugar central en la filosofía neoplatónica, fue elaborada por Plotino, e indica el proceso de causación por el cual lo superior produce lo inferior por su propia sobreabundancia, sin que se pierda nada en el proceso. No obstante, se da una degradación ontológica, ya que los seres producidos son siempre inferiores.

Este proceso de causación por emanatismo es debido, según Plotino, a que todo ser, en cuanto que subsiste, produce necesariamente a su alrededor una realidad que tiende hacia el exterior, que es como una imagen de los arquetipos de los que ha nacido: como el fuego, que genera calor. Por ello, del ser perfecto emana necesariamente un ser eterno, aunque ontológicamente inferior. Para Plotino, más allá del mundo sensible, existen las tres hipóstasis fundamentales: por encima de todo, incluso por encima del ser y de toda idea, hay el Uno Absoluto (inspirado en el Bien platónico), que es la primera de las tres hipóstasis divinas, el punto de partida de la «procesión» de las otras dos hipóstasis que emanan de su propia superabundancia (ver texto ), y que son el Logos, Intelecto o Nous, y el Alma del mundo. Lo Uno tiende a expandir su propio ser, que irradia como una fuente de luz o de calor. A partir de estas tres hipóstasis aparecen los seres inferiores, desde las almas individuales hasta la materia inerte.

Esta expansión o emanación no es, pues, en nada semejante a la noción judeo-cristiana de creación, sino que es concebida como irradiación necesaria del Uno entendido como único principio de realidad. Mientras la noción judeo-cristiana de creación supone que Dios crea de la nada y voluntariamente, en la doctrina de la emanación, lo producido proviene del autodesplegamiento del primer principio y se trata de un proceso necesario e inevitable. En general, la mayoría de sistemas panteístas han aceptado algún tipo de emanación. Algunas de estas filosofías emanatistas son, además del neoplatonismo, las representadas por el pensamiento de algunos filósofos árabes medievales, como Avicena y AL Farabi, por Escoto Erígena, el maestro Eckhart, el naturalismo de Giordano Bruno y, en cierta forma, el panteísmo de Schelling.