(del latín definitio, acción de fijar los límites, delimitación; en griego procede del verbo όρίζιω, horídso, poner los límites, o diferenciar una cosa de otra)
Recurso metodológico con el que se explica o determina el significado de una palabra, término o concepto.
Una definición es una expresión lingüística, cuya estructura consta de dos partes: un definiendum (del latín, lo que hay que definir) y un definiens (del latín, lo que define), también llamado simplemente definición. Para indicar que se define, se utilizan, entre otros, los siguientes signos o expresiones:
El definiendum es la expresión que se halla a la izquierda del signo «= df» (igual por definición), o de las palabras «significa», mientras que el definiens es la expresión de la derecha del signo de definir o del definiendum. La definición supone un uso descriptivo del lenguaje, pero no es simplemente una descripción, sino una descripción hecha según reglas determinadas (reglas de la definición). La descripción puede abarcar tanto las características definitorias como las no definitorias, mientras que una definición recurre sólo a las características definitorias para precisar el significado de una palabra, o para determinar el criterio de acuerdo con el cual se usa esta palabra. Se define para eliminar la ambigüedad y la vaguedad de los términos en el discurso, para sustituir un término por otro con fines específicos (literarios o de demostración), y para introducir un nuevo término o un nuevo signo. Como que se definen palabras mediante otras palabras, se corre el peligro de hacer una regresión al infinito (introduciendo y definiendo cada vez nuevas palabras) o de incurrir en circularidad (definir un término utilizando un definiens en el que entra también el definiendum) o en círculo vicioso. Por ello, en todo lenguaje, natural y formal, debe admitirse la existencia de términos indefinidos, o de términos primitivos.
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