Expresión denotativa, o sintagma denotativo, que comienza conel artículo determinado o definido «el», o un equivalente, que introduce una expresión que se aplica a un objeto y sólo a uno, que posee tal o cual propiedad: «El autor de Waverley», o «el ser más perfecto» son ejemplos de descripción definida. (Ver ejemplo ↓).
Ejemplos de «descripción indefinida», o ambigua, pueden ser «un hombre justo» (hay muchos), «un cierto sentido del humor» (hay diversas clases del mismo), «un rey de la baraja» (hay cuatro).
Mientras que si decimos que «el actual rey de Francia es calvo», empleamos una descripción definida como sintagma denotativo dentro de una oración con sentido. Es una noción filosófica fundamental, fruto del análisis filosófico desarrollado por Bertrand Russell en sus trabajos de fundamentación lógica de la matemática, elemento central de su atomismo lógico y expuesta, por vez primera, en «Sobre la denotación» (1905). (Ver texto ).
La teoría de las descripciones definidas viene a resolver la antigua cuestión de si tiene sentido hablar de cosas inexistentes y de cómo se soluciona filosóficamente el problema de decir que algo no existe; decir que algo no existe no es simplemente afirmar que A no tiene la propiedad de ser B, sino decir que A no es A.
En ocasiones se ha sostenido que las frases en que se niega la existencia de algo afirman, al mismo tiempo, alguna especie de subsistencia de este algo. Así, por ejemplo, Alexius Meinong (1853-1920), filósofo austríaco, discípulo de Brentano, que defiende la distinción entre Sein (ser) y Sosein (características de algo) y sostiene que no es lo mismo decir que «el círculo cuadrado no existe» y «la montaña de oro no existe», puesto que uno es un pensamiento imposible y el otro simplemente imaginario, pero que, de algún modo, a tales expresiones ha de corresponder alguna realidad o modo de existencia (subsistencia), para que tenga sentido decir que son falsas. El análisis filosófico de Russell, fundado en su lógica de los Principia Mathematica, no admite que las descripciones definidas, como las citadas, tengan de por sí denotación o referencia, por lo que tampoco se refieren a ninguna clase de existencia. La forma lógica de las descripciones revela que no son «nombres propios»; éstos denotan un objeto; aquéllas, no. (Ver ejemplo ↓).
La forma lógica de «el actual rey de Francia es calvo» es «hay uno y sólo un x tal que es actualmente rey de Francia y x es calvo» . La afirmación problemática de la descripción definida, «el actual rey de Francia», queda aclarada por el análisis lógico: su forma lógica no es en modo alguno problemática, sino simplemente falsa.
Según esto, las condiciones que han de cumplir las descripciones definidas son: 1) ha de existir algún objeto que tenga la propiedad en cuestión, y 2) no ha de existir ningún otro objeto que posea dicha propiedad. Por consiguiente, la frase «el actual rey de Francia es calvo» es falsa, porque no existe ningún rey de Francia, pero las simples expresiones «el ser más perfecto» o «el hombre de la máscara de hierro» no son ni verdaderas ni falsas, y no son más que una construcción lógica incompleta.
Y, aunque su uso los asemeja, su función lógica es claramente distinta. Un nombre propio («Scott») es un término singular que denota un objeto conocido del que tenemos conocimiento directo (knowledge by acquaintance); una descripción definida («el autor de Waverley») parece un término singular, pero no lo es, y sólo son «símbolos incompletos» que carecen de denotación propia y adquieren la del enunciado del que forman parte, igual como adquieren de él su significado, y de ellos sólo tenemos conocimiento indirecto ( knowledge by description; ver texto ).
El sentido de las descripciones definidas lo determina su uso dentro de frases con sentido, aunque tales frases resulten falsas, justamente porque su sintagma denotativo no se refiere a nada, pero el sentido real de una descripción definida sólo lo revela el análisis lógico. (Ver ejemplo ↓)
La frase «el actual rey de Francia es calvo» no es en modo alguno comparable a la de, por ejemplo, «Sócrates es calvo», porque «Sócrates» es en verdad un nombre propio y un término singular, que puede analizarse simplemente como «S es P», o bien «Ca» (donde C es la propiedad de «ser calvo» y a el sujeto, Sócrates, que posee esta propiedad) mientras que el primer ejemplo tiene en realidad la siguiente forma lógica:
[math]\exists{x}(Rx) \wedge \forall{y} (Ry \rightarrow{y=x} \wedge Cx)[/math]
«Hay un x tal que x es el actual rey de Francia y, para todo y, si y es el actual rey de Francia, entonces y es idéntico a x, y x es calvo».
P.F. Strawson criticó en Sobre la referencia (1950) estas ideas de Russell, basándose en el supuesto de que el significado de una expresión no lo determina la estructura de la misma, sino su uso.
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