Una de las teorías metaéticas que junto con el emotivismo constituye el grupo de las llamadas no cognitivas, y que propugna que la moralidad (los valores morales o el criterio moral) se establece por libre y personal decisión; esta decisión, no basada propiamente en argumentos, y que, por lo mismo, de alguna manera ha de considerarse no racional, no deja de estar sometida -de alguna manera limitada- a la racionalidad y a la crítica. Además de Richard Mervin Hare y Max Weber, es también representante de esta tendencia ética Hans Albert (ver texto ), partidario del racionalismo crítico, quien defiende que debe aplicarse tanto a la ciencia como a la ética la actitud racional de decidir críticamente cuáles son los enunciados que la ciencia o la ética aceptan; tanto los enunciados de la ciencia como los de la ética deben someterse a contrastación, aunque de diverso modo, y han de considerarse como hipótesis provisionales que pueden ser refutadas. La decisión ética exige la discusión racional de los criterios por los que se decide aceptar determinados enunciados éticos con preferencia a otros.
También en la investigación científica se justifica, por la libre decisión de haber adoptado determinados valores y no otros, la elección de ciertos fines, procedimientos y métodos o criterios fundamentales; igualmente, en este caso, la racionalidad de la decisión no se funda más que en las consecuencias lógicas que se derivan o en la fertilidad de las decisiones tomadas (ver texto ).