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La constituyen los filósofos que pertenecen ya a la época que se ha llamado crisis de la Escolástica, y que se caracterizan por ser continuadores, en la universidad de París y en el s. XIV, de las ideas de Occam, sostener el nominalismo y mostrar un gran interés por cuestiones de lógica, algunos, y por la filosofía de la naturaleza, o simplemente la física, muchos de ellos. Sus principales representantes son Nicolás de Ultricuria, a quien se llama «el Hume de la Edad Media», por su forma de entender el principio de causalidad, y gran defensor del experimentalismo; Juan Buridán, rector de la universidad en dos ocasiones, y autor de Summulae logicae, pero sobre todo célebre por haber defendido de nuevo la hipótesis del ímpetu, precedente del principio de la inercia, del aristotélico Juan Filopón para explicar el movimiento de los proyectiles; Alberto de Sajonia, discípulo del anterior y como él defensor de la teoría del ímpetu, rector también de la universidad, pese a no ser religioso ni miembro del clero, escritor de obras de física y matemáticas, creador de una teoría sobre la gravedad y que se planteó el problema de la relación entre velocidad y tiempo; Nicolás de Oresme, que escribió en latín y en francés sobre física, matemática, astronomía, política y economía: se plantea, en cosmología, la hipótesis del movimiento de rotación de la tierra, precursor por tanto, en esta idea, de Copérnico, si bien sólo en el sentido de que no sería contraria a la Biblia, y, en matemáticas, el estudio de las variaciones de las cualidades, representando mediante dos ejes geométricos la extensión (espacio y tiempo) y la intensión (o intensidad) de una cualidad, lo cual permitió una demostración geométrica del teorema de la «velocidad media» de un movimiento acelerado. En general, algunas de sus afirmaciones se consideran precedentes de la ciencia moderna, pues aunque se hallaban todavía sumergidos en la perspectiva filosófica de la física aristotélica, estos autores pusieron en duda algunos de sus puntos más débiles y ensayaron nuevas respuestas. Si la escuela de Oxford inició la explicación matemática de la naturaleza dentro de un marco todavía medieval de pensamiento, la escuela de París inició, en iguales circunstancias, las nuevas teorías físicas y cosmológicas, que luego se expandieron por toda Europa; de unas y otras sería síntesis -según algunos- la física de Galileo.