(del latín tabula rasa, tablilla en la que no hay nada escrito)
Metáfora difundida por los empiristas ingleses (ver texto) para negar en redondo cualquier posibilidad de ideas innatas y afirmar taxativamente que el conocimiento empieza por los sentidos. Con ella se significa que la mente humana es antes de toda experiencia, en palabras de Aristóteles, que fue el primero en recurrir a esta imagen, como «una tablilla en la que no hay nada escrito» (Del alma 430a). La invención de la frase se atribuye también a Alejandro de Afrodisia, y antes de los empiristas usaron la frase, ésta u otra parecida, los estoicos, Egidio Romano, Alberto Magno, Tomás de Aquino, etc. Naturalmante, el racionalismo combate esta teoría.
Bibliografía sobre el concepto
- Schleichert, H., Roetz, H., Filosofía china clásica. Herder, Barcelona, 2013.