(del latín habitus, manera de ser o estar, aspecto externo, de habere, haber, tener, o de habitare, su frecuentativo, tener con frecuencia)
En la terminología de Aristóteles -héxis, que es mejor traducir por «estado» o «posesión»- uno de los accidentes, que expresa algo que la sustancia posee como distinto de sí misma, como cuando se dice, por ejemplo, que «Sócrates lleva túnica» (ver cita); también, en la ética aristotélica, una disposición permanente del ánimo, la aptitud (héxis), que hace que normalmente obremos bien o mal (ver texto ), o simplemente la costumbre o el carácter moral (éthos).
Tal como se emplea el término en psicología, es la tendencia a manifestar un tipo determinado de conducta. El hábito se adquiere por repetición. La OMS (Organización Mundial de la Salud) define como hábito vicioso, en sentido estricto, el uso compulsivo de estupefacientes (drogas)que lleva a un estado de intoxicación periódica o crónica, nociva para el individuo o el grupo social.
En sentido moral, los hábitos son vicios o virtudes, que son asimismo disposiciones, aptitudes o capacidades adquiridas mediante la repetición de actos concretos y que se apoyan en mecanismos psicológicos de aprendizaje.
La adquisición de un hábito por repetición de actos se denomina habituación. Las teorías del aprendizaje estudian las leyes y los procedimientos de la adquisición de hábitos.