(del griegoψυχἠ, psykhé, hálito,alma, vida)
El término se aplica a los fenómenos internos del ser humano, en cuanto procesos conscientes o inconscientes con los que se caracteriza su vida interior como individuo, tales como percepción, aprendizaje, entendimiento, voluntad, memoria, sentimientos, afectividad, etc. Su opuesto es lo corporal y lo físico. Sinónimo de «mental», del que difícilmente y sólo impropiamente puede distinguirse.