Heidegger establece una radical diferenciación de status entre los entes y el ser de esos entes (ver «diferencia ontológica»). El sentido del ser funciona a menudo de un modo aproblemático en el trato cotidiano con los entes, siendo su problematización lo que caracteriza a la filosofía, ya desde su comienzo griego. Ahora bien, llega un momento en que la filosofía parece considerar resoluble la cuestión del sentido del ser, con lo que tiende a asimilarlo al ente, perdiendo de vista su peculiar status. Esta situación de olvido del ser la presenta Heidegger como rasgo fundamental del pensamiento metafisico, por lo que su propia tarea, que concibe como consistente en la recuperación de la cuestión del ser, se convierte así en un replanteamiento radical de la filosofía. (Colaboración de Maite Saurí Navarro.)