El término procede de Narciso, personaje de la mitología griega enamorado de su propia imagen que no dejaba de contemplar en las aguas y objetos brillantes y que se mató por la imposibilidad de poder realizar su amor. En psicología fue P. Näcke el primero en utilizar este término (en 1889) para designar los casos en los que el individuo toma como objeto sexual su propio cuerpo. Pero es en el psicoanálisis que este término adquiere mayor importancia, donde designa la fase inicial del desarrollo psíquico infantil de tipo egocéntrico. Según Freud en los primeros años de la infancia toda la carga de la libido está acumulada en el yo y solamente después esta libido puede convertirse en libido objetal (dirigida hacia otro objeto distinto del yo). Debe distinguirse entre el narcisismo infantil propiamente dicho y el narcisismo provocado en la edad adulta por un estancamiento de la libido que vuelve nuevamente sobre el yo. También según Freud la elección del objeto hacia el que dirigir la libido juega un papel fundamental en el origen de las tendencias homosexuales.
El filósofo posmoderno Gilles Lipovetsky caracteriza la situación social contemporánea como una forma de diseminación social alejada de los conflictos de clase y de las confrontaciones políticas que habían caracterizado la modernidad. Esta nueva situación posmoderna, en la que predominan los intereses individuales y de pequeños grupos, es fruto de un proceso de creciente individualización que este autor denomina narcisismo (ver cita).