Nombre dado por Sigmund Freud al impulso fundamental de toda la actividad psicológica y que según él es de naturaleza sexual. El psicólogo Carl Georg Jung utilizó este término para designar la tendencia subyacente de nuestro psiquismo entero. Pero mantiene que el impulso sexual, por importante que pudiera ser efectivamente, no es sino uno de los aspectos más importantes que ésta pueda tomar. Esta idea de una tendencia vital, enraizada en nuestra naturaleza corporal, y viniendo a proporcionar una base física a la construcción de nuestra vida personal, nada tiene que se oponga a la antropología cristiana en tanto que admite la posibilidad de toda la esfera espiritual.