(del griego λόγος σπερματικὸς, logoi spermatikoi, de la raíz sper-, que significa difundir o derramar)
Para los estoicos son principios creadores u operativos: la physis (φύσις) se desarrolla según un plan que se halla en los logoi spermatikoi y que se realiza a medida que van surgiendo las cosas. El pneuma contiene las semillas de todas las cosas, y todo cuanto existe, ha existido o existirá, está contenido en dichas semillas, de forma que la realidad es un despliegue determinista de las potencialidades contenidas en ellas. De esta manera, un único logos (λόγος) universal, físicamente constituido por el fuego, contiene en sí todas las formas de las cosas. Un precedente de la concepción estoica (cuya vinculación con el fuego recuerda los elementos del mito de Prometeo), se halla en la panspermia de Anaxágoras, para quien en todo hay semillas de todo.
La tradición neoplatónica acepta la tesis estoica de los logoi spermatikoi, o razones seminales, como se traducirá en la tradición latina, que contienen a las cosas como «semillas». Pero, a diferencia de los estoicos, Plotino afirma que dichas razones seminales se hallan en el alma. Para san Agustín, que traduce y acomoda a las ideas cristianas la mayor parte de las tesis del neoplatonismo, los logoi spermatikoi están latentes en los elementos cósmicos como semillas de todas las cosas que nacen a la vida corporal. Según él, Dios creó el mundo por su palabra, y depositó en la materia las rationes seminales de todos los seres futuros. Por ello, todas las especies vivas son inmutables, se corresponden con las ideas divinas y están en la materia desde la creación (ver fijismo). Tomás de Aquino explica por medio de las razones seminales la actuación de Dios en los milagros: son principios activos de la actividad natural de las cosas que Dios deja en suspenso cuando acaece un milagro.