El pensamiento filosófico judío durante la Edad Media, tal como se desarrolla en el ámbito oriental y occidental del Islam y en el occidente latino. Surge en el mismo punto geográfico que la filosofía árabe, en el oriente islámico y llega a su apogeo en España. La expresión «filosofía hebrea» es menos adecuada por cuanto no siempre ha sido el hebreo la lengua que el pueblo judío ha utilizado en filosofía (sólo la que se desarrolla en Europa en los siglos XIV y XV).
Tras lo que puede considerarse la primera manifestación de la filosofía judía, la de Filón de Alejandría (s. I) y que representa la primera toma de contacto significativa entre la Torá y el platonismo, el interés de los judíos por la filosofía sólo renace al conocer, en tierras del islam, hacia el s. VIII-IX, el pensamiento griego que los árabes llaman falsafa (filosofía), excepción hecha de las doctrinas ocultas de la Cábala, místicas propiamente, que reciben influencias neoplatónicas y gnósticas.
El primer filósofo judío de la Edad Media es Isaac Israeli (ca. 855-955), de Kairuán, médico del monarca de Ubayd Allâh al-Mahdî, fundador de la dinastía fatimida, y cuyas obras, Libro de las definiciones, Libro de los elementos, Libro del espíritu y del alma y Libro de las sustancias, imitan las del primero de los filósofos árabes, al-Kindi (ca. 800-866). Escribe en árabe y es de orientación neoplatónica; influirá notablemente en Alberto Magno. Saadi ben Josef de Fayum (882-942), rabino, que se establece en Bagdad, y autor de obras de carácter enciclopédico, es defensor de una concordancia, al estilo de los escolásticos latinos, entre religión y razón. Su obra, De las creencias religiosas y las doctrinas filosóficas representa una justificación racional de las creencias religiosas.
Las grandes figuras del judaísmo filosófico son, sin embargo, Salomón ibn Gabirol (ca. 1022-1057/70), Avicebrón para los latinos, y sobre todo Maimónides (1135-1204), ambos judíos españoles. El primero se inscribe, con su obra Fons vitae, dentro de la tradición aristotélica de fondo neoplatónico, común entre los árabes; el segundo se muestra aristotélico decidido, cuando plantea, en Guía de perplejos, una concordancia entre teología judía y pensamiento racional, según una metafísica inspirada en Avicena y Averroes.
Juda ha-Levi (1075-1141), anterior a Maimónides, es también un judío español, nacido en Tudela, destacable por su obra El libro de la demostración y de la prueba en defensa de la religión despreciada, conocida con el nombre de Kuzari, escrita tras el descalabro político que supone la invasión almohade de la península ibérica, y en la que se pregunta por el sentido del judaísmo en tiempos adversos.
Extinguida la filosofía judía en la zona del Islam oriental hacia el s. XIII, se renueva no obstante en occidente, pese a no dar figuras que superen la de Maimónides, tras entrar en contacto con el mundo cristiano, con ocasión sobre todo del avance de la reconquista española y de las escuelas de traductores.
Destaca, en este período, Shemtob ben Joseph ibn Falqera (ca. 1223-1291), traductor y autor de Guía de la guía, en la que compara a Maimónides con Averroes, autores cuyas teorías dominarán hasta el s. XV. Los escritos de los judíos españoles de esta época, por otra parte, reflejan las apariciones recientes de obras cabalísticas, como el Sefer ha-Zohar (Libro del esplendor), atribuido a Moisés ben Shemtob de León y publicado hacia 1280.
La historia de la filosofía judía en España inicia su fin cuando comienza la actuación del tribunal de la Inquisición.
Las figuras sobresalientes de esta última época son Leví ben Gerson, Gersónidas (1288-1344), matemático, astrónomo y filósofo, del Languédoc, cuya producción literaria, por cantidad y estilo, puede compararse con la de un escolástico latino. Sigue a Maimónides y a Averroes, cargando el acento en este último. Su obra más conocida es Las guerras del Señor.
Hasdai Crescas (1340-1410), rabino en Barcelona y Zaragoza, escribe en catalán y hebreo y participa de la reacción contra la filosofía aristotélica, escribiendo La luz del Señor, con críticas a Maimónides y a Gersónidas.
León Hebreo (ca. 1460-1523), cuyo nombre verdadero es Juda Baravanel, portugués que se refugia en Italia, representa el contacto del judaísmo con el renacimiento y el humanismo; sus Diálogos de amor (1502) influyen en la Academia de Florencia y en Marsilio Ficino. Eliya Delmedigo (ca. 1460-1497) es un averroísta que enseña en la universidad de Padua.
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