(del griego ἔσχατος, éskhatos, último, y λόγος, logos, tratado)
Doctrina teológica de origen bíblico sobre aquello que ha de suceder al «final de los tiempos». La expresión «final de los tiempos» tiene diversas acepciones en el contexto religioso, pero siempre con el sentido de una «plenitud» que ya se ha logrado. En el Antiguo Testamento se refiere, en los textos de los profetas, a los tiempos denominados también mesiánicos, y que el cristianismo aplicó luego a Cristo; en el Nuevo Testamento, tanto una expresión como otra, se refiere a una segunda venida de Cristo, juez o rey universal, según sean las interpretaciones, que ha de significar la instauración definitiva del Reino de Dios o de la voluntad salvífica de Dios. Tras un primer momento inicial, en el cristianismo primitivo, en que se creyó que esta segunda venida era inminente, y tras la difusión y extensión creciente del cristianismo en un área geográfica más extensa, se pasó a aplazar la venida definitiva de Cristo al final de los tiempos, esto es, a un período histórico de tiempo final no determinable directamente por el hombre, en el que habrá «un cielo nuevo y una nueva tierra», y que representa el inicio del «día de Dios», o de la parusía (llegada), y el final del tiempo del que dispone el hombre. La parte de la teología que estudia los llamados novísimos -aquello que se cree que ha de suceder al hombre y al mundo entre el final del tiempo y el comienzo de la eternidad-,se denomina teología escatológica. Escatología está en especial proximidad a la cristología, por cuanto que el acontecimiento de Cristo en la muerte y la resurrección constituye la garantía para la salvación escatológica del hombre.
La escatología, la parusía o los novísimos representan el conjunto de sucesos que le esperan -desde la perspectiva de la fe religiosa- al hombre individual y colectivamente entendido. De entre los más importantes sucesos del fin de los tiempos o de la llegada de la plenitud de los tiempos, la religión cristiana destaca la idea del «juicio final» y la de la «resurrección de los cuerpos». A la teología incumbe la tarea de explicar el contenido y el sentido de las afirmaciones escatológicas.
Uno de los aspectos más interesantes de la escatología es la afirmación de que lo que ha de suceder al final se cumple ya en el momento presente, o que el fin está ya presente en todo el transcurso del tiempo, en aquellos sucesos que, por su significado religioso, avanzan parcialmente y de algún modo aquello que sólo se cumplirá en su plenitud al final; por ejemplo, la encarnación, muerte y resurrección de Jesús, o los mismos sacramentos o hasta la conversión religiosa o la fe de una persona. Es una forma religiosa de entender la historicidad.
En la base de la escatología cristiana subyace la noción lineal de tiempo, según la cual las cosas tienen un comienzo, un desarrollo y un final. El comienzo lo representan la creación y la redención (primera venida); el desarrollo es el tiempo de la permanencia de la Iglesia y de su historia, y el final es la consumación de todo y la forma definitiva que ha de adoptar el conjunto de la creación.
Bibliografía sobre el concepto
- Pieper, J., El fin del tiempo. Herder, Barcelona, 2009.
- Ratzinger, J., Escatología. La muerte y la vida eterna. Herder, Barcelona, 1982.