(en griego ὲποχή, de epekho, detenerse, suspender)
Término que el escepticismo griego aplica a la decisión de suspender el juicio cuando se halla ante opininiones de igual valor (isostheneia ton logon). La palabra epokhé, proviene de los estoicos, mientras que se debe a Arcesilao y a Carneades la determinación más precisa de su significado, que Sexto Empírico describe en sus Bosquejos pirrónicos (ver texto ).
En la filosofía contemporánea, Edmund Husserl utiliza este término para designar un recurso de su método fenomenológico, mediante el cual pone entre paréntesis el mundo objetivo y establece contacto, por así decir, con su propio yo o cogito. Esta epokhé o esta puesta entre paréntesis del mundo no nos enfrenta a una pura nada ni es expresión de un escepticismo, pero mediante ella nos apropiamos de nuestras propias vivencias y del universo de los fenómenos, en el sentido fenomenológico (ver texto ). De esta manera la epokhé aparece como el método radical y fundamental por el que el yo se capta propiamente como yo. Este método se llama también método de la reducción fenomenológica trascendental, y nos permite superar la mera actitud natural respecto del mundo circundante, permitiéndonos poner entre paréntesis la presuposición de la existencia de un mundo material o de cualquier otro mundo trascendente respecto de la vida de la propia consciencia. Fuera del paréntesis solamente quedan los actos y los objetos de la conciencia (ver texto ). Por otra parte, mediante el recurso a la reducción eidética, el flujo de las diversas conciencias individuales queda reducido a conciencia pura. El método de la epokhé puede extenderse también al ámbito de las ciencias de la naturaleza, y mediante la suspensión del juicio y de toda presuposición, acceder al ámbito de las vivencias propias del mundo de la vida.