Cuestión epistemológica tradicional históricamente suscitada para establecer los límites de la certeza que podía alcanzar el conocimiento humano en general, en una época en que la ciencia comenzaba a constituirse en modelo de conocimiento del mundo físico, tras haber hallado un método nuevo que desafiaba los planteamientos aristotélicos. René Descartes, que vivió inicialmente en un ambiente de escepticismo filosófico, fue el primero en preguntarse qué podía aceptarse como conocimiento verdadero. La regla metódica de considerar falso todo aquello que ofreciera la más mínima duda le llevó al racionalismo. Por tal se entiende aquella teoría del conocimiento que establece que sólo la razón es fuente u origen adecuados del conocimiento, y que la experiencia de los sentidos no puede constituir el punto justificado de partida para conocer. Por otro lado, es propio de la mentalidad racionalista considerar que la auténtica realidad es lo que se conoce mediante conceptos o ideas universales y necesarias del entendimiento; éstas se fundamentan en otras anteriores e innatas. La orientación opuesta al racionalismo fue el empirismo, surgido en Inglaterra en el s. XVII en una época de desarrollo material, industrial y comercial (ver texto ). John Locke establece sus principios clásicos. Su afirmación básica es que no existen ideas innatas, que el entendimiento antes de toda experiencia no es más que un papel en blanco y que todo conocimiento comienza en los sentidos (tabula rasa). No hay más fuente del conocimiento que la experiencia externa (sensación) o la interna (reflexión). Pensar no es más que combinar ideas, cuyo origen está en la experiencia (ver texto ). Las dificultades y limitaciones de ambas posturas, en especial del dogmatismo racionalista y del criticismo y escepticismo de Hume, propiciaron la vía de síntesis o de compromiso del apriorismo de Kant: el conocimiento comienza con la experiencia, pero no todo él proviene de la experiencia (ver texto ). El conocimiento es un proceso que comienza con la sensibilidad y culmina en el entendimiento; sin la primera, no habría objeto y, sin la segunda, no sería pensado: «Los pensamientos sin contenido son vacíos; las intuiciones sin conceptos son ciegas». Lo que no proviene de la experiencia y, pese a ello, es conocido, son los elementos a priori de la sensibilidad y el entendimiento (ver texto ).
Se ha argumentado que este planteamiento tradicional del origen del conocimiento ha sido una manera errónea -por su orientación preferentemente psicologista, por lo menos en el racionalismo y en el empirismo- de plantear una cuestión verdaderamente filosófica, que es la de cómo se relaciona el conocimiento con la experiencia. Pero para responder a esta cuestión estrictamente filosófica se ha partido siempre también de posturas que son, en un grado u otro, empiristas o racionalistas
Bibliografía sobre el concepto
- Chislom, R., Teoría del conocimiento. Tecnos, Madrid, 1982.
Relaciones geográficas