Es la versión y corrección que Leibniz hace del principio de causalidad. Según dicho principio, también llamado «principio de la elección de lo mejor» o «principio de la armonía», la causa de un acontecimiento no es sólo la razón de su existencia, sino también de su esencia: de que sea de un modo determinado y no de otro. Leibniz, por tanto, asume el principio de causa est ratio: la causa es también la razón de cómo es el efecto, no sólo la razón de que exista, siguiendo la idea tradicional de que el efecto debe asemejarse a la causa (ver texto ). En esto se manifiesta el racionalismo de Leibniz: la naturaleza no es sólo un mecanismo que se explica por causalidad mecánica, sino que es posible dar razón de la naturaleza conociendo, por el principio de razón suficiente, los fines a que se orienta, que no son sólo teóricos sino también morales. Este mundo no se explica sólo tal cual es, sino que la explicación (científica) del mundo ha de incluir que es tal cual es (físicamente) porque es el mejor de los mundos posibles (moralmente).