El propio de las ciencias empíricas, basado fundamentalmente en el supuesto de que los enunciados de estas ciencias deben contrastarse con la experiencia; esto es, han de ser verificables. La verificabilidad exige que se compare con los hechos, mediante la observación y la experimentación, para comprobar si un enunciado empírico es verdadero o falso. El resultado de la verificación puede ser la confirmación o la desconfirmación o refutación. Las hipótesis o enunciados generales de las ciencias empíricas quedan confirmados si, sometidos a observación o experimentación, obtenemos casos que constituyen ejemplos de lo que afirma el enunciado general; las hipótesis quedan lógicamente desconfirmadas o refutadas si el resultado de la observación o experimentación es un ejemplo que contradice o niega la afirmación general (ver texto ).