(en latín, oráculo, destino; derivado del verbo fari, hablar a alguien,decir; la palabra correspondiente en griego es heimarmene, parte que toca en suerte,destino, o fatalidad)
En el ámbito filosófico, el término que aplican los estoicos al encadenamiento de los sucesos desde la eternidad, y cuya causa se atribuye al λόγος λόγος (logos) del mundo, o también al νόμος (nomos) del mundo, o a las razones seminales de todas las cosas; en el ámbito de las creencias populares es la fatalidad y necesidad que se vincula, en el mundo antiguo, a la adivinación y a la astrología, sobre todo. Agustín de Hipona fue de los primeros, en el mundo cristiano, en percibir los problemas que un destino de la persona humana gobernado por la necesidad y la fatalidad planteaba a las creencias cristianas, aunque por otro lado admitió la idea religiosa de la predestinación, origen de discusiones teológicas, sobre la libertad humana y la presciencia divina, durante la Edad Media, la Reforma, la Contrarreforma y épocas posteriores.
Leibniz distinguió diversas clases de fata: el fatum mahometanum, entendido como destino o necesidad inexorable; el fatum stoicum, que supone una teoría que intenta componer la libertad con la necesidad, y el fatum cristianum, que compone la libertad humana con la voluntad divina.
Relaciones geográficas