(del latín constructio, reunión de materiales para edificar o construir)
Acción de la mente por la que se da entidad objetiva a diversos elementos imaginarios y convencionales que se constituyen en un todo denominado constructo con finalidades teóricas.
La actividad del sujeto humano que constituye al objeto conociéndolo. En todas las teorías cognoscitivas se distingue entre lo dado a la conciencia y lo construido por la conciencia, y por esto último se entiende la actividad propia de la mente en la formación del objeto conocido, sea en sentido racionalista, como idea innata o verdad universal y necesaria, sea en sentido empirista, como asociación de ideas y elaboración de impresiones, sea, finalmente, en el sentido del apriorismo de Kant, para quien la sensibilidad y el entendimiento construyen específicamente la forma, o manera de conocer humana, del objeto. La idea de construcción se utiliza también en matemáticas, ya desde los mismos Elementos de Euclides, como método de razonamiento o demostración, y también en la misma fundamentación de la matemática moderna, según el intuicionismo, de acuerdo con el cual no basta la ausencia de contradicción en los presupuestos fundamentales para admitir una entidad matemática, sino que es preciso probar su existencia construyéndola positivamente, mediante reglas. La epistemología genética de Piaget sostiene la construcción por parte del niño de las ideas de objeto y realidad, y las nociones fundamentales de causalidad, espacio y tiempo, durante el estadio denominado de las operaciones concretas.
En psicoanálisis, construcción es aquel aspecto de la terapia analítica, entendida como interpretación, que persigue recrear en la conciencia del sujeto las condiciones iniciales origen del conflicto psicológico.