Antropólogo neoevolucionista norteamericano. Nació en Salida (Colorado) el 19 de enero de 1900. Estudió en Louisiana y en las universidades de Columbia y Chicago. Fue profesor en las universidades de Búfalo (entre 1927 y 1930) y Michigan (1930 hasta su jubilación en 1970), donde creó el departamento de antropología. Murió el 3 de abril de 1975. Sus primeros estudios se centraron en los indios Pueblo.
Lo más destacable de la obra de White -que es más un teórico de la antropología cultural que un antropólogo en sentido convencional, razón por la cual a menudo fue considerado como un antropólogo poco ortodoxo- está contenido en sus dos textos principales: La ciencia de la cultura, publicado en 1948 y dedicado a su esposa, y La evolución de la cultura, publicado en 1959, aunque también escribió numerosos artículos. Puede considerarse como el iniciador de la corriente del neoevolucionismo cultural a partir del reexamen crítico de los trabajos de los evolucionistas culturales decimonónicos (Morgan, especialmente) y de la obra de E.B. Tylor (muy apreciada por White), y de la censura a la falta de una teoría global y causal de la cultura propia de los antropólogos de la primera mitad del s.XX, tanto difusionistas como funcionalistas. Dos son los aspectos más notables del pensamiento de White:
- a) su concepción de la cultura como un continuum autónomo (ver texto ) propio del conjunto de la especie humana (que en ciertos aspectos se semeja a la concepción popperiana del mundo 3). Debido al hecho de considerar la cultura en general como atributo propio de la humanidad, White propone la creación de una nueva ciencia, la culturología, que examine la cultura sin caer en los reduccionismos sociologistas, economicistas o psicologistas;
- b) su influyente teoría según la cual la dirección global de la cultura humana está determinada por las cantidades de energía que se pueden captar y poner a trabajar per cápita anualmente (ver texto ), ya que la vida, en general, y la vida humana, en particular, son mecanismos de organización energéticos que marchan en sentido contrario al segundo principio de la termodinámica (ver texto ). Cada nuevo dominio de formas de energía constituye un nuevo logro cultural que, al incorporarse a la cultura, ocasiona innumerables efectos de retroalimentación.
Aunque no es propiamente un marxista, su obra está fuertemente influenciada por el materialismo histórico de Marx y Engels. Como estos autores, cree que existe alguna ley causal general capaz de explicar la dinámica cultural a partir de elementos estrictamente materiales (su mencionada teoría de la optimización de las formas de energía combinadas con evoluciones tecnológicas). Así, si para Marx los cambios en los modos de producción son, hasta cierto punto, los determinantes de la evolución de la superestructura ideológica, para White los cambios en los niveles de aprovechamiento de las formas de energía (las plantas y los animales en la revolución neolítica; la fuerza del vapor, los motores de combustión interna y la electricidad, en la época de la revolución industrial y la desintegración del átomo en la época contemporánea) son los que determinan la evolución cultural.
Como neoevolucionista cultural huye de las generalizaciones ingenuas de los evolucionistas del s.XIX, y no sustenta la ineludible necesidad de un tránsito rígidamente pautado entre formas culturales sucesivas. Pero, aunque no afirme que todas las culturas que posean los mismos desarrollos tecnológicos hayan de desarrollar patrones culturales exactamente comparables en sus detalles, sí que sostiene que existen tendencias generales parecidas en la sucesión de formas culturales. Al igual que Julian Steward, otro importante neoevolucionista cultural estuvo fascinado por las notables semejanzas en los desarrollos culturales de grandes civilizaciones, como las del Perú, México, Mesopotamia, Egipto y la China.
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