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Nacimiento:1 enero 1885en BudapestMuerte:1 enero 1971

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Filósofo y crítico estético húngaro. Nació en Budapest, ciudad en la que inició sus estudios, que posteriormente amplió en Berlín (donde fue discípulo personal de Simmel ) y en Heidelberg (en el círculo de E. Durkheim, donde trabó una inicial amistad con Karl Mannheim). También estuvo muy influenciado por la tradición de la «filosofía del espíritu» de Dilthey . Fruto de esta influencia son sus primeras obras, impregnadas de un cierto pesimismo: El drama moderno, 1908; El alma y las formas, 1911 y Teoría de la novela, 1916. Pero esta primitiva orientación cambió radicalmente en 1917, época de la revolución bolchevique. Entonces se afilió al partido comunista húngaro y adoptó el marxismo, del que sería uno de sus más importantes teóricos. Fue ministro de Educación en el primer gobierno socialista de Béla Kun y, a partir de 1945, fue profesor en la universidad, creándose en torno a él la llamada escuela de Budapest (Agnes Heller, György Màrkus). En 1958 fue deportado a Rumania, expulsado de la universidad y del partido comunista por haber participado en el efímero gobierno de Imre Nagy de 1955, opuesto a las directrices soviéticas. Posteriormente fue readmitido en el partido y en la universidad, pero en una posición marginada.

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Como teórico marxista destaca su obra Historia y conciencia de clase, publicada en 1923, en la que profundiza el estudio de las nociones de cosificación, reificación u objetivación, y en la de enajenación o alienación. Puesto que, según el marxismo, la historia es la historia de la lucha de clases y, según Lukács, el motor de dicha lucha de clases es la conciencia de clase, ésta aparece como el verdadero sujeto de la historia. De esta manera Lukács defendió una noción de la conciencia de clase que mantenía un cierto parecido con la noción de Espíritu o Idea en Hegel, lo que fue motivo de crítica por parte de los defensores de las tesis más «ortodoxas» y menos hegelianizantes del marxismo. En la etapa actual de la historia -afirmaba- sólo hay propiamente conciencia de clase proletaria, y la burguesía y sus teóricos se ven obligados a enmascarar las contradicciones sociales reales y a mistificar la realidad, de forma que las ciencias sociales desarrolladas por los teóricos burgueses son sólo formas de ideología mistificadora. Entre las formas mistificadoras Lukács destacaba el existencialismo, al que se opuso, en abierta polémica contra Sartre y Heidegger.

Su concepción hegelianizante del marxismo la prosiguió con su obra El joven Hegel y los problemas de la sociedad capitalista (1948), donde examina la evolución del pensamiento de Hegel y las primeras formulaciones de su filosofía relacionada con los ideales emancipadores de la revolución francesa, y defiende que el marxismo tiene la necesidad de preservar la herencia revolucionaria que se encuentra en determinadas formulaciones del hegelianismo, enfatizando la vinculación de la dialéctica hegeliana con la dialéctica marxista que, aunque ésta sea una inversión del punto de vista idealista hegeliano y se interprete de forma materialista, sigue manteniendo el núcleo originario y potencialmente subversivo de la dialéctica de Hegel.

En El asalto a la razón (1954) estudió el irracionalismo que, según él, era la forma fundamental de la ideología burguesa, y efectúa un estudio crítico de toda la filosofía de finales de siglo XIX y comienzos del siglo XX.

Como teórico de estética, fue un ferviente defensor del realismo socialista. Entendía el arte como reflejo de la realidad social históricamente determinada, y le asignaba la misión de servir a la autoconciencia de la humanidad. El arte debe ser estudiado a partir de las categorías de análisis del materialismo histórico, en su relación dialéctica con las formaciones sociales y las condiciones reales existentes. De esta manera, se pueden desentrañar aquellos aspectos del arte de origen burgués mistificador que esconde la verdadera naturaleza de la sociedad, convirtiéndose así en un instrumento ideológico de la clase dominante, y al que hay que contraponer el realismo socialista.

Otras obras destacables de Lukács son: Moses Hess y los problemas de la dialéctica idealista (1926); Thomas Mann (1949); Ensayos sobre el realismo (1956); ¿Existencialismo o marxismo? (1948) y Estética, (4.vols. 1963).

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