También llamado «argumento soberano», «triunfante», «dominante» o «invencible», expresiones con que se traduce la expresión griega kyriéuon lógos, empleada por el megárico Diodoro Cronos (ca. s. III a.C.) -maestro de Zenón, el estoico- quien la aplica al argumento que dirige contra la noción de posibilidad, o contingencia, de Aristóteles (ver texto ). Prueba su propia noción de posible («lo que es o será es posible») mediante un argumento basado en la inconsistencia o incompatibilidad de los tres enunciados siguientes:
Todo lo que es pasado y verdadero es necesario
Lo imposible no se sigue de lo posible
Lo que no es ni será es posible
Al suponer verdaderos los dos primeros, y declarar además inconsistente el conjunto, Diodoro concluye la falsedad del tercer enunciado («lo que no es ni será es posible») y, por lo mismo, la verdad de su negación («lo que es o será es posible»). Con esta demostración, creía haber hallado, según algunos, un argumento invencible de su noción de posible, o un argumento a favor de la fuerza invencible también, e irresistible, del destino. De su noción de posible se deduce que lo que no ocurre es imposible y que lo que ocurre o ha ocurrido es necesario (primer enunciado).