Aristóteles: la batalla naval

Extractos de obras

[...] Sin embargo, todo esto es imposible. Conocemos por nuestra experiencia personal que los sucesos futuros pueden depender de las determinaciones y acciones de los hombres, y que, hablando más ampliamente, aquellas cosas que no son ininterrumpidamente actuales muestran en sí una potencialidad; es decir, un «poder ser o poder no ser». Si tales cosas pueden ser y pueden no ser, los sucesos pueden ocurrir o pueden no ocurrir. Hay muchos casos evidentes de ello. Así, esta capa puede ser cortada en dos mitades; pero también puede no ser cortada en dos mitades. Puede ella gastarse o echarse a perder antes que ello pueda suceder. Entonces no puede ser cortada en dos mitades. [...] Lo mismo hay que decir de todos los demás sucesos que, en algún sentido análogo a éste son potenciales. Así, pues, es evidente que no todas las cosas son o tienen lugar por necesidad. Hay casos de contingencia; entonces, la proposición afirmativa no es más verdadera ni más falsa que la negativa. [...]

Lo que existe debe necesariamente existir cuando existe; lo que no existe no puede existir cuando no existe. Sin embargo, no todo lo que existe viene a ser o existe por necesidad con mayor razón que lo que no existe. Que lo que existe debe necesariamente existir cuando «existe», no significa lo mismo que decir que todas las cosas vienen a ser necesariamente. Y eso mismo hay que decir también de lo que no existe. Y también es eso lo que hay que decir de dos proposiciones contradictorias. Es decir, todas las cosas deben ser o no ser, en tal o cual tiempo futuro. Pero no podemos decir con exactitud cuál de las dos alternativas haya de venir a tener efecto. Por ejemplo, mañana deberá tener lugar una batalla naval o no debería tener lugar. Sin embargo, aquí no hay implícita ninguna necesidad de que realmente tenga o no tenga efecto la batalla naval. Lo necesario es que ello suceda mañana o no suceda. Y así, igual que la verdad de las proposiciones consiste en su correspondencia con los hechos, es evidente, en el caso de los sucesos en que hay una contingencia o una potencialidad en sentidos opuestos, que los dos juicios contradictorios acerca de esos sucesos tengan el mismo carácter.

Interpretación 9, 19a (Obras, Aguilar, Madrid 1973, 2ª ed., p. 261-262).