Zaratustra (o Zarathustra), también conocido como Zoroastro, fue un reformador religioso persa que vivió durante los siglos VI o VII antes de nuestra era, aunque actualmente se ha puesto en duda tanto la autenticidad de la existencia de dicho personaje como su cronología. Hasta el punto que hay autores que sitúan su vida en un amplio margen que iría desde los años 1000 a 600 a.C. Al parecer era miembro de una familia de criadores de caballos, los Spitama, y actuó como sacerdote y oficiador de ritos cantados. Además de estos datos -poco fiables-, hay una vasta colección de anécdotas y leyendas que se le asocian: su nacimiento habría estado marcado por señales celestiales prodigiosas, actuaciones de tipo milagroso, peregrinación al desierto, lucha contra el principio del mal (Ahrimán), etc.
Elaboró una concepción religiosa de tipo dualista que se conoce como mazdeísmo o zoroastrismo, cuyo principal texto es el Zend-Avesta, obra distribuida en diversas Gatha o partes. Por su reforma religiosa sufrió persecución hasta que, según parece, el rey Vishtapsa se convirtió a la nueva creencia. En esta concepción religiosa, para explicar el problema del mal y no tener que atribuirlo a un dios que, de esta manera aparecería como malvado, se sostiene que el mundo está dominado por dos potencias antagónicas: Ormuz (Ahura Mazda, que significa sabio señor y que es realmente el único dios) y Ahrimán (Angra Manyu). Además de estos aspectos, se opuso a los excesivos sacrificios y al abuso de narcóticos en los ritos anteriores. Investigó las relaciones entre el mundo fenóménico múltiple y cambiante con lo único de la divinidad.
Algunos autores han afirmado que su pensamiento influyó en el de Pitágoras. Ciertamente influyó en el judaísmo, en el cristianismo y en el islam. Completamente al margen de la concepción religiosa de Zarathustra y de sus características reales, Nietzsche usa el nombre de este personaje para hacerle portavoz de su filosofía en su obra fundamental: Así habló Zarathustra.