Engaño necesario de la razón, que Kant llama también «apariencia trascendental» -igual como no nos es posible no ver que la luna es mayor en el horizonte-, que consiste en creer que podemos ampliar el alcance del entendimiento, en realidad limitado a la experiencia sensible, hasta el conocimiento de cosas en sí, dando a los principios (trascendentales) del conocimiento un uso trascendente. A la «Dialéctica trascendental», segunda parte de la «Lógica trascendental» de la Crítica de la razón pura, le incumbe, en calidad de «lógica de la ilusión», tratar de la ilusión trascendental de la razón, no para evitarla, sino para comprender su engaño (ver texto).