(del griego ἐντελέχεια, perfeccionamiento; palabra compuesta de ἐν, en, τέλος, fin y ἔχω, tener: lo que posee su propia perfección)
Término, que Aristóteles introduce en filosofía para designar la actualización de las potencialidades de una cosa; aquello por lo que, primariamente, una cosa es lo que es. Unas veces lo identifica con enérgeia, y entonces significa acto o actualización, y otras veces lo distingue para significar la plenitud de algo que se ha ido desarrollando a partir de la potencia o posibilidad hasta alcanzar su plena realización, de la misma manera que a veces el movimiento, kínesis, es enérgeia, o acto, pero en este caso imperfecto, y a veces es la perfección, entelékheia, del acto, esto es, el movimiento en cuanto movimiento (ver cita). Lo aplica también al alma, entelequia primera, acto o perfección, del cuerpo (ver texto ).
Los autores vitalistas, por ejemplo H. Driesch, aprovechan el término para referirlo al principio vital.