Filósofo y moralista espiritualista francés. Nació en Elbeuf-sur-Seine. Fue profesor en varios institutos de enseñanza secundaria (en Chambéry, Marsella y París), posteriormente fue profesor en l´École Normale Supérieure y, entre 1942 y 1952, fue profesor en la Sorbona. Además fue miembro de la Academia de Ciencias morales y políticas desde 1948, y presidente del Instituto Internacional de Filosofía en 1952.
Junto con su amigo Lavelle con quien fundó la colección «Philosophie de l'esprit» de la editorial Aubier, es el principal representante de la llamada «filosofía del espíritu» francesa. Comparte con Lavelle una interpretación idealista y espiritualista del criticismo de raíz kantiana, que le conduce, mediante un análisis del espíritu y de las experiencias directas, a la reducción del ser a la conciencia. En dicho análisis de los datos de la conciencia se muestra una influencia del pensamiento de Bergson, pero interpretado de manera que acentúa los aspectos más místicos de éste. También se muestra en su interpretación influencias de Lachelier. En su obra Introducción a la filosofía (1939), afirma que el sujeto individual participa de un «yo infinito», y es un «concentrado» del «espíritu universal». En el ámbito de la conciencia es donde se da toda actividad, incluida la actividad científica. Y en el análisis de este ámbito considera cuatro direcciones -hacia adentro, hacia afuera, hacia adelante y hacia atrás- que son otras tantas formas de manifestarse la actividad propia del espíritu. La ciencia surge de la actividad extroversiva (hacia afuera) y retroversiva (hacia atrás); el arte, que manifiesta la plenitud de un mundo intelectual y espiritual, surge de la actividad de la conciencia introversiva. Abierta hacia adelante, la conciencia funda la ética y da razón de la trascendencia de la persona por encima del aspecto meramente mecánico de la naturaleza, y combinando la apertura hacia afuera y la actividad hacia adelante surge la religión, que muestra unos valores fundados en el «espíritu absoluto». En la filosofía de Le Senne el estudio de la dimensión moral es la que ocupa un lugar preponderante, en base a la relación entre el deber y los obstáculos que se oponen a su realización.
Como Lavelle, se enfrentó con el existencialismo y mediante una concepción de la unión del hombre con el todo de un mundo espiritual rechazó el sentimiento de la angustia. No obstante, aquella participación muestra la relativa separación del hombre respecto del absoluto, separación que tiene su manifestación en la temporalidad. Solo nos damos cuenta de la participación en lo eterno en el instante pleno, el presente puro que va más allá de los límites de la temporalidad.
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