Ésta podría ser una edición anterior y no la más reciente o aprobada. Ir a la versión actual.
Una de las fases históricas que, según Hegel, atraviesa el Espíritu subjetivo en el proceso dialéctico de la transformación, con el que, a lo largo de la historia de la humanidad, la conciencia natural se convierte en conciencia filosófica, o ciencia, tal como lo expone en la Fenomenología del Espíritu. Cada una de estas fases recibe el nombre de «figuras de conciencia», que son los pasos por que ha de pasar la conciencia hasta llegar a ser autoconciencia, para luego convertirse en «razón», y por último en «espíritu». El espíritu es, finalmente, la humanidad que se concibe y expresa a sí misma en forma de saber absoluto, esto es, ciencia. Para que la conciencia llegue a ser autoconciencia es necesario el reconocimiento por parte de otra conciencia: la presencia de conciencias opuestas y su enfrentamiento, que ejemplifica con la dialéctica del amo y el esclavo, pasa por sucesivas fases históricas representadas por el estoicismo, el escepticismo y la época religiosa, centrada sobre todo en el cristianismo de la Edad Media. Ésta es la «figura de conciencia» que llama conciencia desventurada, o infeliz. Corresponde a la conciencia fundamentalmente religiosa, que considera escindida y desdoblada, en la que Dios es el amo y el hombre el esclavo, y cuya contradicción consigo misma lleva al sufrimiento, que es, pese a todo, un proceso de reconciliación y superación por el que la conciencia deviene razón.