Metáfora con que se alude al cambio radical de perspectiva que supone, respecto de la filosofía tradicional, el planteamiento general de la filosofía de Kant, y al cual él mismo alude en el Prefacio de la Segunda edición de la Crítica de la razón pura (ver cita). El «giro» -término que proviene de la imagen de las estrellas que giran alrededor del espectador- que Kant es consciente de llevar a cabo es similar al que hizo Copérnico, quien supone que es el espectador el que gira en lugar de las estrellas. El giro copernicano de Kant consiste, por consiguiente, en que él cree que la filosofía, para entrar en el camino seguro del progreso en el conocimiento, ha de hacer lo mismo que hizo Copérnico en astronomía: si éste, para explicar los movimientos celestes, entendió que era mejor partir del supuesto de que era el espectador quien giraba, de manera parecida Kant cree que sólo podemos tener un verdadero conocimiento de las cosas -un conocimiento universal y necesario- si el objeto depende del pensamiento, para ser conocido, y no a la inversa. Éste es el supuesto de que parte la filosofía trascendental de Kant.
La expresión «revolución copernicana» de Kant -para significar este giro kantiano- es menos afortunada. Sin embargo ha sido y es un tópico en la literatura filosófica referirse a la filosofía trascendental de Kant, como a una verdadera revolución copernicana del pensamiento llevada a cabo por Kant, y hasta a que ésta es expresión usada por él mismo (ver referencia).
Bernard Cohen demuestra que Kant, en ningún momento se refiere explícitamente a la revolución copernicana ni relaciona con ella su cambio de orientación filosófica, pero que sí habla del cambio que en metafísica debe ser como el de Copérnico en astronomía, y que relaciona el «cambio de método» en filosofía con los habidos en la matemática y en la ciencia natural, «las cuales se han convertido en lo que son ahora gracias a una revolución repentinamente producida» (Crítica de la razón pura, Prólogo Segunda, B XVI), y que, en definitiva, si de alguna revolución habla Kant, ha de ser más bien la newtoniana (ver cita).