Equivale a veces a positivismo. En un sentido peyorativo, se refiere a una imitación servil del estilo y métodos propios de las ciencias de la naturaleza, hecha en el ámbito de las ciencias humanas; como si a éstas se les exigiera ese servilismo, so pena de no ser científicas. El aspecto de científica, o el sometimiento a la temática científica, se le exige en especial, en este contexto, a la filosofía.