Las apariciones en la Biblia constituyen uno de los modos de revelación de Dios. Por ellas se hacen presentes de manera visible los seres que por su naturaleza son invisibles a los hombres. La Biblia habla de apariciones de Yavhé o respectivamente del ángel de Yahvé a los hombres y recurre a expresiones antropomorfas para indicar algo en sí mismo evidente aunque con claras diferencias entre sí: unas veces se trata de percepciones recibidas en sueños, otras en audición o con una visión. Entre las teofanías del Antiguo Testamento y la parusía por venir se sitúan las apariciones de Jesús resucitado, que a la vez recapitulan la existencia anterior de Jesús de Nazaret y anticipan su retorno.