En el uso lingüístico cristiano, se entiende por parusía la nueva venida gloriosa de Cristo desde el cielo. La parusía como término técnico sólo se encuentra dentro de la Biblia en el Nuevo Testamento pero sus elementos conceptuales hunden sus raíces en la apocalíptica judía y en el helenismo. En los Sinópticos se destaca la idea de la proximidad inminente, ligada a la exhortación constante y a la preparación, puesto que nadie fuera de Dios conoce el día de dicha parusía. Hoy sigue siendo válida esta expectación en el marco de la cercanía de la automanifestación de Dios en Cristo. La expectación inminente individual y necesaria es siempre la de la propia muerte.