El uso real que un hablante hace de su lengua, que no debe entenderse como un reflejo directo de su competencia, puesto que se producen en la actuación numerosas desviaciones de las reglas provocadas por la memoria limitada, dispersión y confusiones, cambios en el proceso del habla, etc., y que hacen que un gran número de las frases utilizadas no sean completamente gramaticales. A estas condiciones del uso real hay que añadir elementos extralingüísticos que actúan sobre el hablante, el oyente y la situación, como pueden ser expectativas, experiencias, emociones, división de roles, etc. Para la gramática generativa, el estudio de la actuación sólo puede hacerse con éxito en la medida en que lo permita nuestro conocimiento sobre la competencia subyacente.