(del latín substratum, de substerno, extender debajo, literalmente lo que está puesto por debajo)
Traducción latina del término griego hipokeimenon (ὑποκείμενον), y que en la filosofía de Aristóteles se aplica, en el sentido de sujeto, (de subiectum, que viene a tener el mismo significado) a la materia que soporta la forma durante el cambio (ver cita), y también a la sustancia, que es el soporte de las cualidades o formas accidentales, con el significado, en este último caso, de «aquello que no se afirma de nada», pero de lo que se afirman las demás cosas (ver cita). Es aquel principio que Aristóteles cree necesario para poder explicar el cambio, esto es, para que la adquisición y privación de una forma sea posible a partir de la existencia de un elemento permanente, y no meramente desde el ser al no-ser, y a la inversa, como sostenía Parménides.