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(del latín ostendere, mostrar)
Referencia directa que permite señalar el significado de un término mostrando directamente algún objeto designado por aquél, cuyo significado se determina por esta referencia directa. Por ello, se denominan definiciones ostensivas aquellas que muestran el objeto de su definición
Ejemplos de definiciones ostensivas
Un ejemplo clásico nos lo muestra la definición de cualidades sensibles, como la de un color. Por ejemplo, la definición de "azul" puede consistir en mostrar algo azul, de manera que la definición podría ser: «llamamos "azul" -mostrando algo que posea esta propiedad- a lo que es como esto que es mostrado».
En general:
«llamo "gato" a algo como esto» -mientras se muestra un gato.
«llamamos "dos" a grupos como éstos» -mientras se muestran dos nueces (ejemplo de Wittgenstein en sus Investigaciones filosóficas)
El término griego para ostensivo es δειϰτιϰῶς deíctico, («mostrar», «exhibir») por lo que a veces se emplea este término en lugar de aquél. Una definición ostensiva no proporciona las propiedades de lo que define, aunque presupone, contrariamente a las definiciones extensivas que proporcionan una lista de éstas, que después de mostrar ostensivamente el objeto, el intérprete de dicha definición podrá reconocerlas en otros objetos.
Algunos autores han sustentado que en realidad no pueden darse definiciones ostensivas, ya que ningún término es propiamente ostensivo y, además, una definición no puede consistir en un mero «mostrar». Otros, en cambio, como Ferrater Mora, admiten dichas definiciones, pero siempre que se tomen en consideración diversas convenciones (Indagaciones sobre el lenguaje, 1970)
Por otra parte, siguiendo una distinción elaborada por Aristóteles en su teoría del silogismo, también se denominan ostensivas a las pruebas directas que verifican de forma positiva una tesis, en contraposición a las pruebas apagógicas, que sólo lo hacen negativamente, como la reducción al absurdo, por ejemplo.