En la filosofía escolástica, «unidad», «verdad» y «bondad», y posteriormente «belleza», esto es, aquellos conceptos que competen a todo «ser» y que no son más que modificaciones o maneras de ser. Se consideran propiedades convertibles: el ser es uno, verdadero, bueno y bello, y todo lo que es uno, verdadero, bueno o bello es también ser. Kant cita estos conceptos con la frase, que atribuye a los escolásticos, de quodlibet ens est unum, verum, bonum [todo ente es uno, verdadero y bueno] y dice que confundieron estas «exigencias lógicas» con propiedades de todas las cosas (ver cita).