Prueba propuesta por Alan Turing en un artículo titulado Máquinas de computar e inteligencia («Mind», 59, n. 236 [1950]) -traducido como ¿Puede pensar una máquina? (ver referencia )- para averiguar si una máquina puede imitar a una mente humana, o bien si una máquina es capaz de pensar. Turing, en lugar de plantearse directamente esta pregunta, propone un «juego de imitación», que se desarrolla entre un interrogador y dos sujetos -un hombre y una mujer-, con el que se ha de intentar descubrir, mediante preguntas transmitidas en una hoja de papel o medida similar, quién es el hombre y quién la mujer. Turing introduce la variante de sustituir a uno de los dos por una máquina e intentar descubrir «quién» es la máquina. Si la máquina logra engañar al interrogador tanto como lo haría un humano(ver texto ), ¿significaría esto que las máquinas piensan?