Falacia que se comete cuando se considera que algo es la causa de un determinado efecto por la simple correlación (temporal) que se manifiesta entre un suceso anterior y otro posterior. Se la llama también «falacia de la falsa causa». La correlación puede manifestar una relación causal, pero no necesariamente; puede haber otras causas distintas a las que aparecen en la simple relación temporal.
El día se levanta siempre después de que la noche ha terminado, pero no es la noche causa del día. Muchas supersticiones no tienen otro fundamento que esta relación temporal mal entendida causalmente. Por ejemplo, se fumaba, en ocasiones, al empezar una conversación, porque en alguna ocasión anterior empezar a hablar fumando dio origen a una buena conversación o a una amistad. En los jugadores, lanzar los dados de determinada manera no es sino una superstición causada por el refuerzo de un éxito ocasional.